miércoles, 28 de septiembre de 2011

UNA FRASE QUE NOS HACE PENSAR

" Africa está  llena de tumbas de misioneros, de hombres y mujeres que, por causa de Jesús, vivieron, sufrieron y dieron su vida por sus hermanos, pero no de funcionarios de organismos internacionales " Esta frase procede de la Asociación Harambee de Roma.
Esta frase tremendamente cierta, no es tanto para denunciar cuanto para proclamar, hacer saber a todos, creyentes y ateos,  que Jesús es la única razón que mueve a los misioneros a trabajar por el bien y la salvación del prójimo, incluso hasta dar la vida por esas personas. La inmensa mayoría de ellos, sacerdotes, monjas, laicos, se fueron de su patria silenciosamente, trabajaron poniendo alma, corazón y vida en la evangelización y promoción de la gente en donde vivieron, y dejaron este mundo sin hacer ruido ni buscar aplausos ni reconocimiento alguno. Para cada uno de ellos, la misión es: anunciar a Jesús, darle a conocer a todos, amando y trabajando con ilusión por el bien y la salvación de todo ser humano. Todo lo demás era secundario y sin importancia.
Estos hombres y mujeres supieron escribir páginas muy hermosas, viviendo su fe en clave de amor, gastándose y desgastándose por el bien, progreso y salvación de las personas. Su ser y quehacer personal brotaba de Jesús y se justificaba por su amor. No eran héroes ni super-hombres. Eran sólo creyentes cautivados por Cristo, y sentían el impulso, irresistible, de contagiar a todos de lo que ellos consideraban el tesoro más grande y valioso.

Muchos de ellos tuvieron que aprender un nuevo idioma, adaptarse a formas diferentes, aclimatarse a temperaturas muy duras y no pocos de ellos se enfermaron y murieron. Nunca, ni por imaginación, se consideraron especiales o dignos de ser tomados en cuenta. Jesús y su mandato de evangelizar a todos, les urgía y apremiaba de tal manera que todo su ser estaba en función de El, en continua proyección hacia sus hermanos, los hombres.
No podemos idealizar a estos misioneros "de primera línea " Ellos, como seres humanos, sienten cansancio, desánimo, momentos de arrojar la toalla, resistencias muy poderosas dentro de ellos mismos e incluso, la presencia del pecado en su vida. Todos y cada uno de ellos nos recuerdan, en silencio y con palabras, con su ejemplo y testimonio, que Jesús bien se merece que lo hagamos vida de nuestra vida, que lo anunciemos a tiempo y a destiempo, y si El nos ha amado hasta el extremo de dar su vida, entregando hasta la última gota de su sangre, por nosotros, justo es que correspondamos, con amor y fidelidad, con agradecimiento,  trabajando: para que todos le conozcan y le amen.
Esto es lo propio de todo bautizado. Si no lo hiciéramos, no sólo seríamos  simples funcionarios sino, lo que es todavía mucho más grave: malograríamos lo más grande que Dios nos ha dado y seríamos infieles a Jesús que lo ha dado todo por nosotros. Jesús confía en cada uno de nosotros. Hemos de responder a esa su confianza que ha depositado en cada uno de nosotros.-

1 comentario:

  1. Muy Muy cierto =)Estás palabras siempre animan a seguir dan incluso a dar mas, a darse todo!!

    ResponderEliminar