lunes, 18 de octubre de 2010

¡ TÈCNICA, SI. ORACION, TAMBIEN !

El debate estaba en todo su auge. Se habìa logrado sacar a 33 mineros de la profundidad de la tierra. Unos periodistas decìan : ¡ Miren todo lo que hace posible la tècnica ! Otros, por el contrario, declaraban : ¡ El milagro ha sido posible gracias a la oraciòn de multitud de personas, en el mundo entero !

Una ancianita que estaba oyendo todo ese debate, se animò a participar afirmando, sencilla y claramente : ¡ Sepan ustedes que, por haberse unido la tècnica y la oraciòn, el milagro fue posible !
La intervenciòn, valiente y decidida, de la anciana puso fin a la controversia. Nadie se atreviò a refutar la sabidurìa de la anciana. Ella tenìa toda la razòn porque habìa dicho la verdad completa: Buena y santa es la tècnica, pero sola es insuficiente. La experiencia de siglos demuestra que cuando la tècnica se endiosa, termina por volverse contra el hombre.
La oraciòn es necesaria, imprescindible, pero para que sea cristiana ha de valorar la tècnica humana. Orar olvidàndose de los recursos humanos no es oraciòn cristiana, no llega a Dios.
Es verdad que los medios de comunicaciòn social recalcan, insisten, detallan la importancia y el valor de la tècnica. Esto es muy bueno y lo hemos de aplaudir y elogiar. No es menos verdad que, casi siempre, los especialistas de los medios, orgullosos y satisfechos de los logros tècnicos, olvidan o dejan de lado, la importancia y eficacia de la oraciòn.
No sè si se habràn enterado - y si se enteraron - fueron capaces de captar toda la importancia y eficacia de la oraciòn que se elevò al Cielo, no sòlo en Chile sino a lo largo y ancho del mundo, donde una multitud incontable de hombres, mujeres y niños siguieron y apoyaron esta operaciòn, con medios invisibles pero no menos eficaces que los utilizados por los tècnicos humanos, pero, por muy especialistas que sean en su materia, pueden negar la fuerza y eficacia de la oraciòn.
Con total convencimiento podemos asegurar que ese ¡ milagro ! fue mèrito tanto de la tècnica como de la oraciòn. Obra del Cielo y de la tierra.
No decimos nada especial al declarar que mientras los medios de comunicaciòn social seguiràn difundiendo las maravillas de la tècnica humana, olvidando o dejando de lado la eficacia, el poder todopoderoso de la oraciòn, el mundo seguirà girando, dando vueltas, y los orantes seguiràn valorando y practicando la oraciòn. La tècnica seguirà logrando inventos a cual màs estupendo y admirable. La fe, la espiritualidad, seguirà haciendo milagros, con la tècnica y sin ella, las valoren o no, los dueños de los medios de comunicaciòn social.
Podemos estar seguros que, cada vez que se produzca este debate: tècni-ca, sì. Oraciòn, ¿No? aparecerà la ancianita que, sin miedo ninguno, volverà a recordarnos: ¡ Tècnica, sì. Oraciòn, TAMBIEN !
Y para que la ancianita no nos tenga que avergonzar, utilicemos cuanto màs podamos la tècnica en todas sus formas, pero promoviendo al màximo la oraciòn, la uniòn con Dios. Asì, armonizando ambas realidades, lograremos rescates, curaciones, metas imposibles.
Lo quiere Dios, hagàmoslo programa de nuestra vida. Veremos milagros y nos quedaremos mudos de emociòn por lo que conseguiremos. Y para reforzar lo que decimos, recordemos la frase, genial y sabia, de san Agustìn : " La Oraciòn es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios "
Inteligencia + Oraciòn : Nuestra fuerza màs poderosa, en todos los aspectos. Unidas las dos, conseguiremos màs cimas, màs altas. Nuestros sueños se haràn realidad. El rescate de los 33 mineros lo confirma. Pero la lista de " rescates y milagros" es tan grande como imposible de enumerar. Oremos con tècnica,seamos tècnicos y hombres de oraciòn y lo comprobaremos personalmente.-

¡¡¡ RESCATE INCREIBLE !!!

Ha sido la gran noticia : 33 mineros que estaban sepultados a 700 metros bajo tierra fueron sacados a la luz, sanos y salvos. Durante 70 dìas vivieron una experiencia, terrible, dramàtica, que nunca podràn olvidar. El gobierno, los ingenieros, la Nasa, los socorristas, mèdicos y sicòlogos se volcaron en un sòlo objetivo: sacarlos de la mina, liberarlos, devolverlos a su familia. Para lograrlo, no escatimaron dinero ni recursos tècnicos.
Tras grandes y admirables esfuerzos y sacrificios no pequeños, con gran admiraciòn y gozo del mundo, hiceron posible la gran hazaña del siglo. Hace casi medio siglo, el hombre puso sus pies en la luna, ahora habìan logrado sacar al hombre del mismìsimo centro de la tierra ¡ GLORIA A DIOS !
La salida de la tierra de cada uno de los mineros fue emocionante. La televisiòn, una vez màs, hizo posible que todo el mundo pudiera contemplar, en vivo y en directo, minuto a minuto, todas y cada una de las escenas de este rescate, asombroso e increible.
Mientras veìa, con emociòn y con el alma en vilo, como un televidente màs en el mundo, el desarrollo de esta operaciòn realmente admirable, llevada a cabo con tanta precisiòn y eficacia, mi mente me recordaba, se centraba ¡ què maravilla ! en un rescate, inmensamente màs grandioso, de un valor y relieve que no tiene punto de comparaciòn con el que todos presenciàbamos, casi sin dar crèdito a lo que veìamos con nuestros ojos.
¿ De què rescate estoy hablando ? Todos nosotros estàbamos sepultados en la profundidad màs honda : sumergidos en el misterio insondable del pecado, estàbamos alejados de Dios. Lo podemos decir, pero nos quedamos muy lejos de la realidad. Estàbamos sepultados, no bajo tierra sinoen la màs triste y desgraciada condiciòn : muertos, sin Dios y sin esperanza de salvaciòn.
Sin miedo a exagerar, no hay palabras humanas para expresar esta desgracia, la màs grande y tràgica de todas.
Gracias a Jesucristo, salimos de la oscuridad a la Luz, de la muerte a la Vida, de la separaciòn y alejamiento de Dios a la uniòn e intimidad con El.
¡ Ah, si nosotros comprendièramos, aunque fuera de una manera limitada e instàntanea, lo que Jesùs ha realizado en cada uno de nosotros, nos volverìamos locos de pura emociòn, morirìamos de Felicidad !
Para adentrarnos en este Misterio de Amor, para aprender a valorar este rescate, el Rescate por excelencia, ¡ el rescate que toda la eternidad serà insuficiente para abarcarlo y agradecerlo como se merece ! nos conviene, nos hace inmenso bien a todos, meditar - todo lo que màs podamos -la pasiòn, muerte y resurrecciòn de Jesùs.
Los mineros chilenos volvieron a nacer. Podemos decir que "resucitaron" pero todo ello, aun siendo increible y asombroso, es temporal. Llegarà un dìa que tendràn que morir.
El Rescate que hizo Jesùs con cada uno de nosotros es tan grandioso y con efectos tan profundos y decisivos¡ duraràn toda la eternidad ! que el rescate de los mineros, aun siendo asombroso e increible, no se puede comparar con el que hizo El con cada uno de nosotros. Todos, cada uno, hemos sido rescatados de la muerte eterna y aunque nuestro cuerpo un dìa sea sepultado en un cementerio, tendremos un cuerpo nuevo,hermoso, glorioso que ¡ nunca jamàs morirà !
Todos y cada uno de los mineros, reviviràn - con inmenso gozo y gratitud- cada dìa, todos los dìas, este asombroso e increible rescate. Nos atrevemos a decir que su vida ya no serà como antes.
¡ Cuànto màs nosotros, los bautizados, hemos de revivir el Rescate con mayùscula, el Rescate que hizo el Hijo de Dios de cada uno de nosotros, sabiendo como sabemos que la Vida que El nos ha conseguido, con su muerte y resurrecciòn, durarà por toda la eternidad, por siempre y ya sin fin ! -tener una experiencia personal de Dios y agradar a Quien nos ha creado y salvado, nos con
viene a todos, nos hace inmenso bien, el meditar - con toda la frecuencia que podamos, en el Rescate que Jesùs, Dios-Hombre, ha realizado con su muerte y resurrecciòn

martes, 12 de octubre de 2010

ANICETA, MUJER MISIONERA

Aniceta era una mujer sola, sin familia. Su ùnica compañìa era un mono, animalito-recuerdo de sus años vividos en un circo. Padecìa un càncer en uno de sus senos, y para mayor desgracia lo tenìa tan abultado que provocaba repugnancia y làstima en cuantos la miraban. Su ropa, al igual que su cuerpo, despedìa mal olor por su ropa sucia y rota, pero sobre todo, por su falta de aseo personal. Dios quiso que visitara un monasterio de Carmelitas Descalzas, quienes, desde el primer momento, la recibieron con amabilidad y deseo de ayudarla. Despuès de bañarla y sustituir su ropa vieja por una limpia y nueva, Aniceta parecìa otra, una mujer distinta. La Madre Marìa Elena, superiora de la comunidad, se interesò de lleno por su persona y su situaciòn, para luego hablarle de Jesùs, del Amor especial que El le tenìa por ser mujer sola y enferma. Lo hizo con tanto cariño que Aniceta, emocionada, se echò a llorar como una niña pequeña. Cuando la Madre Marìa Elena le preguntò por què lloraba, Aniceta, entre sollozos, le confesò : " Mis vecinos y conocidos me han asegurado que esta enfermedad que padezco es castigo de Dios, por la vida de pecado que llevè durante muchos años "
La religiosa la consolò, abrazàndola, explicàndole que eso no era verdad, que Dios no la castigaba sino que su enfermedad era una oportunidad que Dios le daba de compartir los sufrimientos de Jesùs en la cruz.
Aniceta escuchaba aquellas palabras como si se las dijera Dios mismo. Para ella todo aquello era un mensaje que tocaba muy profundamente su corazòn y le abrìa horizontes insospechados, increibles, que nunca habìa oido. Cada palabra de la Madre Marìa Elena era una caricia para su alma atormentada y todas le llenaban de paz y le inundaban de consuelo.
La comunidad de Carmelitas se desvelaron por atender a Aniceta. Para ellas esta mujer era la oportunidad de servir a Jesùs. Todo les parecìa poco para atender y servir a Cristo en esta mujer.
Le llevaron al hospital para que los mèdicos pudieran curarla o, al menos, aliviar sus dolores.
Aniceta habìa comprendido muy bien las enseñanzas de la Madre Marìa Elena. Durante su estadìa en el hospital, se dedicò a compartir con todos los enfermos que padecìan su misma enfermedad lo que ella habìa aprendido muy bien. Les decìa con toda sencillez y convicciòn: " Jesùs les ama con especial Amor, asociàndoles a todos y cada uno de ellos a su plan de salvaciòn.Quiere hacerles compartir sus sufrimientos en su pasiòn y muerte, pero sobre todo su resurrecciòn, para luego hacerles partìcipes de su Felicidad en el Cielo "
Aniceta hablaba con todo convencimiento, desde su propia experiencia. Los que la oìan quedaban impresionados, reflexionando sobre lo que les compartìa una mujer, enferma como ellos.
No sè si Aniceta era consciente de esta verdad, pero lo demostraba ¿ Quièn mejor que un enfermo y, màs si es terminal, puede evangelizar a los que sufren o estàn en la misma situaciòn que ellos ?
¡Cuàntas Anicetas hay a nuestro alrededor ! ¿No nos animaremos todos a evangelizar enseñando el valor increible de nuestros sufrimientos ofrecidos con los de Jesùs ?
Hermosa y apasionante tarea.

lunes, 11 de octubre de 2010

LA VUELTA AL MUNDO ¡EN LA MEJOR COMPAÑIA!

¿Se anima, usted, a recorrer el mundo entero, a visitar los cinco continentes, en la mejor compañìa ? Le animo a hacerlo. Le garantizo un viaje sumamente placentero. Puede estar seguro que serà un viaje tan provechoso como inolvidable.

Para empezar le hago saber que el Piloto y Guìa de este viaje el mejor piloto que usted pueda imaginar. Es el Piloto màs excelente, el màs experimentado en aviaciòn, el que màs horas de vuelo tiene en su haber. No hay ni podrà haber piloto que se le pueda comparar. Conoce perfectamente todas las rutas. Tiene tal dominio del espacio quye sabe guiar su aviòn en toda clase de condiciones atmosfèricas. Ha bajado del Cielo y con la misma facilidad asciende hasta màs allà de las nubes. Todos los que viajan con El tienen la garantìa total de llegar felizmente a su Destino.
Su aviòn es increiblemente moderno. Es una maravilla que deja admirados a cuantos viajan con El. ¡ Es un chalenger de Dios ! Es ùltimo modelo, en sencillez y potencia aeronàutica. Tiene 50 motores, cuatro depòsitos de combustible y, lo mejor de todo, ¡ Tres Capitanes de vuelo ! con dos excelentes auxiliares.
El viaje consiste en recorrer - con El - ¡ los cinco continentes ! para admirar las maravillas de Dios, dentro y fuera de nosotros mismos, descubrir y valorar las culturas, acercàndonos a las personas y, asì, conocer sus cualidades y valores, involucràndonos en sus necesidades, materiales y espirituales, haciendo nuestras sus aspiraciones y esperanzas, compartiendo con cuantos màs podamos el tesoro de nuestra fe, cristiana y catòlica.
Este tour es muy especial, ya que recorremos el mundo en la mejor compañìa, visitando todos y cada uno de los continentes pero, ¡ oh maravilla del Amor de Dios ! pero - desde nuestra casa - sin tener que pasar aduanas, sin necesidad de pasaporte, sin el agobio de esperar que nos lo firmen y... sin gastar ni un solo centavo.
Tan especial y espectacular es este viaje que, por donde pasamos, rezamos por todos y cada uno de los paises, familias, personas, con un solo afàn : que todos conozcan a Jesùs, disfruten de su Amor y tengan la Felicidad y Salvaciòn que sòlo El nos puede dar.
Este viaje tan sensacional e increible lo podemos realizar cada dìa ¿Còmo?
Tomando en nuestras manos el santo Rosario, recorriendo los misterios luminosos, gozosos, dolorosos y gloriosos de Nuestro Señor Jesucristo, en compañìa de Nuestra Madre, la Virgen Marìa.
Si asì lo hacemos, quedaremos tan llenos por dentro que hasta nosotros mismos quedaremos asombrados. ¿ Por què ? Lograremos que crezca nuestra Fe, aumente nuestro Amor, se fortalezca nuestra Esperanza.
Viajar con Jesùs, conociendo sus misterios, recorriendo el mundo con El nos harà anticipar el Cielo, ensanchando nuestro corazòn y experimentar, desde esta devociòn tan sencilla como profunda, muchos y grandes beneficios, tanto en el aspecto material como espiritual.
Y, asòmbrese usted, muchas, muchìsimas personas, que usted ni conoce ni puede imaginar, se beneficiaràn de este "viaje tan increible" conociendo y amando a Jesùs, y un dìa, cuando usted vaya al Cielo, le abrazaràn y le haràn saber que han llegado a tener la Luz y la salvaciòn de Dios ¡ gracias a usted !
Por todo ello, bien vale la pena que todos nos animemos a viajar, cada dìa, todos los dias, por todo el mundo, en la mejor compañìa, con Jesùs y Marìa, rezando el santo Rosario.-

viernes, 8 de octubre de 2010

Sabernos amados por Dios ¡¡¡QUE GOZADA!!!

" Desde que conocì que Dios me ama, soy el hombre màs feliz del mundo"

¿Quièn dijo esta frase tan sencilla como hermosa ? ¿ Un santo? ¿Alguien que querìa llamar la atenciòn y hacerse famoso ?
Esta confesiòn, sincera y pùblica, la hizo Narciso Yepes, un famoso guitarrista, un mùsico de fama internacional, pero sobre todo, un hombre de fe, un catòlico practicante. Con pocas palabras supo decir lo que èl vivìa. Dios, para èl, era una experiencia personal, una vivencia amorosa y gozosa.
Su fe era vida y su vida era amor. Gozaba tanto de saberse amado por Dios que lo publicaba, no sòlo ante los periodistas y medios de comunicaciòn social, sino con su testimonio de vida. Estaba convencido de que todos tenìan que saber el secreto de su felicidad, ya que no eran los aplausos que recibìa en todos los escenarios del mundo, en los que hacìa gala de su virtuosismo como guitarrista genial; no por los innumerables premios y condecoraciones que recibìa de autoridades y asociaciones musicales y todavìa mucho menos por los contratos millonarios que le ofrecìan... sino sòlo ¡ por saberse amado por Dios ! Lo decìa porque lo vivìa. Le salìa de adentro. Querìa que todos lo supieran y se animaran a dejarse amar por Jesùs, gozando siempre de su amor. Este era el secreto de su vida. El necesitaba hacèrselo saber a todos.
Este genial artista nos recuerda a todos que : nuestra fe en Jesùs es vida de amor y fuente de gozo. El vivìa lo que Jesùs nos mandò : " Permanezcan en mi amor. Esto se lo digo para que mi alegrìa estè dentro de ustedes y su alegrìa sea verdadera " ( Jn 15,11 )
Es el Espìritu Santo el que nos concede el don de la Sabidurìa. Este don nos capacita para " saborear " a Dios y todo lo que se refiere a El, desde las cosas màs simples y sencillas de la vida diaria.
Nuestra Fe hay que vivirla en clave de amor, con gozo y gratitud. Si Jesùs vive en nosotros y nosotros en El, el Espìritu Santo nos llena de Amor y de Alegrìa.
Es verdad que nuestra vida es camino hacia el Cielo, pero, por ser peregrinaciòn por este mundo, tenemos luchas, por dentro y por fuera, enfermedades, tentaciones... pero, si la vivimos con Jesùs, llenos de su amor, nosotros tendremos -dentro de nosotros- una alegrìa tal que nada ni nadie nos la podrà quitar.
Cada dìa, todos los dìas, estamos llamados a vivir unidos con Jesùs. Si nos dejamos guiar por el Espìritu Santo, El nos llenarà de Amor y de Alegrìa.
Lo que viviò Narciso Yepes, lo que èl gozò sabièndose amado por Dios, eso mismo hemos de vivir y gozar tambièn cada uno de nosotros. Si èl lo predicò con su vida, y lo manifestò pùblicamente ¿ No podremos hacerlo cada uno de nosotros, con nuestra vida personal, con nuestro testimonio de cada dìa ? Esto es lo que nos pide Jesùs y todos hemos de sentirnos orgullosos y felices de responder a esa confianza que El deposita en cada uno de nosotros.-por este mundo, es cuesta arriba y tiene mil dificultades y no pocas tentaciones  dura, cuesta arriba