martes, 27 de diciembre de 2011

M I S H A, HERMOSA HISTORIA DE NAVIDAD

MISHA merece con todo derecho un puesto muy especial en el misterio de Navidad ¿Por qué? Para comprender lo anterior, nos tenemos que situar en la Rusia comunista y atea.
Unos cristianos americanos estuvieron en un centro de niños abandonados y maltratados. Les hablaron de la Navidad. Para todos ellos fue ¡UNA VERDADERA REVELACION! Nunca habían oído hablar de Dios hecho Niño
Oían emocionados y algunos lloraban. Para que vivieran la Navidad no sólo en el corazón por medio de los oídos, y la asumieran como niños, dieron material de cartón y papel invitándoles a que cada uno de ellos "escenificara" lo que habían oído.
Los catequistas quedaban asombrados de la imaginación infantil. Pero lo que más les llamó la atención fue ver la obra de Misha. Había realizado un pesebre ¡con dos niños!
Recurrieron al intérprete, quien tras oír a Misha, les hizo conocer la interpretación del niño: "Cuando María dejó al Niño en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar para estar. Yo le dije que no tenía ni papá ni mamá y que no tenía lugar para estar. Entonces Jesús me dijo que yo podía estar allí con El. Le dije que no podía, porque no tenía nada para darle". Misha, añadió, yo quería quedarme con Jesús. Por eso se me ocurrió darle un buen regalo: ¡darle calor!
Entonces le pregunté a Jesús: "Si te doy calor ¿Ese sería un buen regalo para ti? Y Jesús me dijo: Si me das calor, ese sería el mejor regalo que jamás haya recibido. Ahí mismo me metí dentro del pesebre y Jesús me miró y me dijo que podía quedarme allí para siempre"
Este niño, con su ingenuidad y corazón limpio, comprendió perfectamente la Navidad. Se abrió al Misterio, comprendió el Amor. Con toda sencillez y naturalidad manifestó a Jesús su pobreza y abandono. Como niño dijo la verdad, como creyente recibió a Jesús. Su imaginación se hizo amor. Con su corazón conquistó y enamoró a Quien primero se había enamorado de él. Impulsado por el amor se atrevió a ofrecerle...  calor, regalo que Jesús aceptó muy complacido.
Una vez más se hace realidad lo que los especialistas y los santos afirman: "El amor tiene imaginación"
La conclusión es evidente. Ante Dios hecho Niño, explosión de Amor, lo único que podemos ofrecer le es: ¡nuestra pequeña buena voluntad! Parece poco pero, en realidad, es todo lo que somos y tenemos. Y Dios que lo es ¡TODO! no sólo se contenta sino que se nos entrega  a cada uno de nosotros. Si Misha utilizó su corazón y se valió de su fantasía para conquistarse y enamorar a Jesús ¿No podremos también nosotros  hacer lo mismo: vivir la Navidad con un corazón de niño, con sencillez infantil, aprovechando una facultad tan valiosa como es nuestra  imaginación?
Con el corazón  y un poco de imaginación

miércoles, 14 de diciembre de 2011

C I N E - M I S I O N


"El amor tiene imaginación" En estos días cayó en mis manos un boletín misionero. Entre las noticias que publicaba había una que me llamó la atención. Un catequista se había propuesto promover - en los niños y en los jóvenes - el espíritu misionero ¿Cómo? ¡A través del cine! Alguno me dirá que esta forma de catequesis es normal, muy utilizada en las catequesis parroquiales o escolares. Por supuesto que ya lo sabía. Lo interesante es que se recalcaba la misión, la vocación que tiene todo bautizado de ser MISIONERO. Este aspecto, tan esencial a nuestra fe, no se puede dar por supuesto o creer que catequizando sin más, "automáticamente" aparecerá la conciencia misionera como fruto maduro. Bueno y muy bueno es dar catequesis. Necesario y provechoso el impartirla tanto a niños como a jóvenes y adultos. Pero, tenemos que insistir "a tiempo y a destiempo" para que todo bautizado tome cada día mayor conciencia de su compromiso misionero. Esto hay que hacerlo en la Iglesia, en la escuela, en la familia, en todas las catequesis, sea para la primera comunión, sea para la confirmación, en las preparaciones para los bautismos o cursos de Biblia, en una palabra, siempre que podamos.
Se trata de lograr  creyentes adultos. Tenemos que aprovechar todos los recursos, todas las oportunidades, y hemos de valernos de los medios de comunicación social que son realmente valiosos y eficaces para evangelizar. Vivimos en la era de las imágenes. Hoy tenemos a nuestro alcance un material muy bueno, y a precios muy asequibles. Lo que hace falta es que los evangelizadores seamos personas llenas del Espíritu Santo y vivamos nuestra fe en clave misionera, convencidos de que el que tiene fuego por dentro, lo contagia por fuera.
Creo que, nunca como hoy, hemos tenido tanta cantidad y calidad en lo referente a material de catequesis. Todo ello es necesario, valioso, es medio y apoyo.  Lo que importa es ¡el espíritu!: la santidad de vida. Esta verdad nos la  recuerda sin cesar la Iglesia, ya que como Madre sabe con qué facilidad la olvidamos. Utilicemos tantas películas que hay en el mercado para animarnos y ser animadores misioneros. Si los padres de familia, los educadores y catequistas se proponen reunir material de animación misionera, serán ellos mismos los que se admiren de las posibilidades que tienen para catequizar, de los logros y beneficios que van a conseguir. En cada catequesis, el Espíritu Santo abrirá horizontes, hará arder corazones, realizará cosas muy hermosas, despertará vocaciones sacerdotales, religiosas, esposos, padres, laicos, verdaderos evangelizadores, promotores de animación misionera, sembrará inquietudes provocando cambios de vida, nuevas iniciativas y, lo que es mejor de todo, aumentará la santidad y el crecimiento espiritual tanto en padres como en hijos, tanto en catequistas como en niños y adultos. Por eso, ¡manos a la obra! hay mucho por hacer y tenemos increíbles medios para lograr creyentes adultos-misioneros. El Espíritu Santo lo quiere hacer realidad, brindémosle -con alegría y generosidad -nuestra pequeña pero valiosa mano de ayuda. 

miércoles, 7 de diciembre de 2011

NUESTRO TESORO ES VALIOSISIMO


"Tenemos un tesoro valiosísimo: la vida divina, la fe, la salvación. Es preciso conocerlo para valorarlo y amarlo. Lo valoramos y amamos cuando lo vivimos, lo agradecemos y compartimos" El que esto dijo fue un gran sabio. Estoy totalmente de acuerdo con él. Desde muy niños hemos recibido la vida divina, la fe y hemos entrado en el camino de la salvación. ¡Este es un tesoro que no tiene comparación con todas las riquezas que podamos imaginar!
Dios con ser Dios, no nos ha podido dar nada más grande, nada más valioso que: la vida divina, la fe y la salvación. El día que veamos a Dios cara a cara, comprenderemos - clara y perfectamente - que nosotros éramos los más ricos y afortunados del mundo. Será entonces cuando reconoceremos que éramos inmensamente ricos y privilegiados, pero que nos quedamos lejos, muy lejos de aprovecharlos como Dios quería, conformándonos con tenerlos bien guardaditos, protegidos si, pero sin sacarles el máximo provecho. Hoy más que nunca, los creyentes en Jesús, somos impulsados por el Espíritu Santo a ser graduados en la fe, conociéndola cada día más y mejor, profundizando sin cesar en ella, dando gracias a DIOS-TRINIDAD - continua y gozosamente- por ese don y regalo que toda la eternidad será insuficiente para agradecerlo como es debido, buscando que Jesús crezca en cada uno de nosotros, para así poder compartir esa fe-vida con cuantos más podamos y por todos los medios a nuestro alcance.
Todos sabemos que necesitamos estar al día en nuestra profesión. Esta exigencia es propia de los tiempos que vivimos. Es requisito para ser verdaderos profesionales. Pero esto -con todo lo bueno y necesario que es-, tiene una vigencia muy limitada. El día que cumplimos la edad de la jubilación  se termina esa exigencia, ese requisito ya no tiene valor. Y si los tiempos actuales nos piden especialización profesional y actualización permanente ¿no habrá que decir otro tanto de nuestra fe que vale inmensamente más y tiene mayor alcance e influencia decisiva no sólo para esta vida sino para toda la eternidad?
Por supuesto que cada bautizado ha de estar formado ¡a su nivel! No podemos pedir lo mismo a un técnico que a un niño, a un campesino que a un universitario. Cada uno de nosotros, por estar matriculados en la escuela de Jesús, estamos llamados, comprometidos a conocer cada día más nuestra fe, convencidos de que "nadie ama lo que no conoce" Por eso hemos de conocerla desde el estudio, serio y continuo, de la Biblia y del Catecismo de la Iglesia Católica,  estando al día en lo que la Iglesia nos propone como Madre y Maestra, convencidos de que es así cómo demostramos que sabemos valorar el tesoro que hemos recibido, y nos gozaremos de sacarle el máximo provecho, deseando ardientemente que todos  conozcan a Jesús, le amen con nosotros y sean inmensamente ricos como nosotros.
¡Qué dicha la nuestra, qué privilegio tan grande, pero también qué responsabilidad tan enorme!
No podemos esperar a vernos en la presencia de Dios para caer en la cuenta de que teníamos un tesoro tan increíblemente valioso, y darnos cuenta de que no lo supimos aprovechar como él se merecía y por no valorarlo como es debido no lo supimos compartir. Ahora es tiempo. Todo depende de nuestra voluntad, la gracia divina no nos va a faltar.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

ESTA HISTORIA ES REALMENTE HERMOSA

Damián Aspinall es un apasionado conservacionista. Un buen día compró un gorila-bebé. Le puso por nombre: Kwibi. Durante cinco años lo tuvo a su cuidado, alimentándole con especial esmero, convencido de que tenía que llevarlo a la selva, su habitat natural. Damián, tenía en Africa occidental  un territorio dedicado a conservar animales, por lo que tan pronto pudo hizo realidad ese deseo suyo.
Se volvió a Inglaterra y siguió pensando en su gorila. A los cinco años, quiso buscar a su "mascota" la que él había alimentado y cuidado. No las tenía todas consigo. El gorila con diez años de edad y tras cinco sin haberle visto ¿Aparecería? ¿Lo reconocería? ¿Estaría agresivo?
El inglés se animó a intentar el encuentro, sabiendo que no sería fácil. Recorrió varias veces el río con su pequeño barco, gritando una y otra vez: " Kwibi, ven "
Lo que parecía imposible se hizo realidad. El gorila apareció en la orilla y cuando vió que Damián aparecía delante de él, el encuentro fue increíble. Así lo expresa el mismo protagonista "Me miró a los ojos con tanta intensidad y tal amor que fue una experiencia indescriptible. Nos sentamos juntos y me abrazó como a un amigo de muchos años que creía perdido. Fue hermoso"
El gorila estaba tan contento con Damián  que hasta le trajo a su "esposa" para que la pudiera conocer. A la hora de la despedida, no quería separarse de su bienhechor. No le quería soltar. Cuando el barco inició el camino de regreso, el gorila seguía mirando hasta que se perdió en el horizonte, internándose en la selva.
Un extraño y sorprendente caso de vinculación amistosa: un ser humano y un gorila. Damián tomó a ese gorila como algo suyo, mientras que el animal supo responder  valorando la dedicación y los cuidados que recibía.
La distancia, el tiempo que transcurrió sin verse eran motivo para que uno y otro se olvidaran, pero no fue así. Damián quiso comprobar por si mismo cuál sería la reacción del gorila hacia él, si es que lo podía localizar. Estaba convencido de que eso era algo muy improbable y casi imposible, pero lo intentó. Su curiosidad era más fuerte que sus cálculos. Con gran admiración y sorpresa por parte suya lo pudo lograr, viviendo una experiencia increíble que nunca más podría olvidar.
Si aplicamos - con todas las diferencias, muchas y grandes - esta historia a Dios y a cada uno de nosotros, tendríamos que reconocer que este gorila nos da ¡toda una lección! Siendo animal irracional y salvaje, es ejemplo de amistad, aprecio y agradecimiento.
Todos y cada uno de nosotros somos inmensamente amados, bendecidos, mimados por Dios. Todo le ha parecido poco a la hora de manifestarnos su generosidad. Tendríamos que vivir  tan unidos, fascinados, enamorados de Dios que toda nuestra vida debería una sinfonía de amor apasionado y agradecido, tan rebosantes de felicidad que se lo tendríamos que decir a todos, contagiándoles de nuestro amor y gratitud.
El gorila, cuando encontró a Damián, se abrazó a él, sin querer separarse de él. ¿Nosotros, al encontrarse Dios cada día con cada uno, le abrazamos con amor, gozo y gratitud?

martes, 22 de noviembre de 2011

SABER SER AGRADECIDO

¡Ha salvado a nuestro hijo! Esta era la frase que brotaba del corazón de dos padres de familia. La repetían una y otra vez y no se cansaban de expresar su emoción, gozo y agradecimiento. Sentían un agradecimiento tal por el que había salvado a su hijo de la muerte, que cada año le enviaban - desde el pueblo a la ciudad - un pavo. El hombre-salvador de su hijo les había conquistado el corazón. ¿Qué había realizado para merecer el agradecimiento, sincero y profundo de aquellos padres?  
El hijo de esta familia era constructor. Un día, en un descuido, perdió el equilibrio y cayó al suelo. Su compañero de trabajo, viéndole en tan terrible situación, no lo pensó dos veces. Lo llevó inmediatamente al hospital y, gracias a ese gesto, los médicos salvaron su vida.
Estos padres tenían un corazón grande, estaban llenos de amor, eran agradecidos. La vida temporal de su hijo era el máximo tesoro para ellos. Esta historia, sencilla, hermosa, elocuente tendría que ser la historia de cada uno de nosotros. Jesús ha venido en auxilio nuestro, humillándose, dando su vida, entregando su sangre preciosa. Todos y cada uno de nosotros, impresionados y conquistados por ese Amor, personal e inabarcable, de Jesús, estamos comprometidos a ser agradecidos con El porque hemos recibido la Vida que dura ¡para siempre!
Nuestro agradecimiento no puede ser una simple emoción que nos haga llorar de alegría. Ha de ser agradecimiento del corazón, de toda nuestra vida. La vida es el valor supremo de todo cuanto existe. La vida temporal es ¡cómo no! valiosa y digna de ser amada, pero la Vida con mayúscula, la Vida verdadera, la que no tendrá fin, no tiene comparación con nada. Para que la pudiéramos tener y gozar eternamente, Jesús no se conformó con abajarse hasta nuestro polvo, asumiendo nuestra humanidad, sino que nos amó hasta el extremo de morir- El -para que tuviéramos la vida divina, la vida eterna. Si el simple decirlo causa estremecimiento y admiración ¿qué no producirá si lo vivimos, lo hacemos realidad en nuestra existencia personal?
Día tras día, hemos de ser agradecidos. Jesús no nos pide un regalo, signo de nuestro agradecimiento. El espera que nuestra vida sea una Eucaristía, un continuo y gozoso agradecimiento. Todo el beneficio y aprovechamiento es para nosotros. Seamos agradecidos o vivamos despreocupados de todo lo que nos ama, El no gana ni pierde nada. Pero, la sabiduría popular nos recuerda: "Amor con amor se paga" Toda la eternidad será insuficiente para valorar, aprovechar y agradecer lo que Jesús ha hecho por cada uno de nosotros. Todo lo ha hecho por amor, desinteresadamente, pensando sólo en nuestro beneficio, felicidad y salvación. La respuesta no puede ser otra sino : agradecimiento sincero, continuo; viviendo íntima y gozosamente unidos a Jesús, queriendo, trabajando para que todos se aprovechen de El, disfruten cada día más y más de su Amor, sean felices y tengan la Vida que dura para siempre, la Vida que llena - de verdad y para siempre - el corazón humano.
Este es el regalazo más grande y valioso que podamos dar. Si así hacemos, somos verdaderamente agradecidos.-

miércoles, 9 de noviembre de 2011

SEAMOS PROTAGONISTAS

Nuestro Dios es genial, increíble, impresionante. Todo lo hace con sabiduría y amor. Su especialidad es hacer obras de arte, maravillas a cual más increíble. Su felicidad es hacer derroche de su generosidad, buscando siempre el bien, crecimiento y salvación de cada ser humano. En todo lo que hace sorprende, cautiva, enamora. La creación entera sigue reflejando la belleza, la generosidad de Dios.

La actividad creadora de Dios no se reduce a hacer derroche de su poder, sino que -día a día - está buscando hombres y mujeres que quieran ser protagonistas en esa Historia de Amor que El ha iniciado, que escribe sin cesar por medio de su Hijo muy querido Jesucristo, con la presencia del Espíritu Santo.

Esta Historia de Amor es la niña muy amada de los ojos de Dios-Trinidad. Todos y cada uno de los bautizados estamos llamados a ser protagonistas, a poner alma, corazón y vida en esta historia que empieza en el tiempo y culmina en el Cielo. Se trata de involucrarse de lleno en lo que empezó en el Corazón de Papa-Dios, se hizo posible en la entrega personal de Jesús en su muerte y resurrección, en la venida del

Espíritu Santo. Somos protagonistas cuando aceptamos a Jesús, movidos por el Espíritu Santo, y nos gozamos de vivir como hijos muy queridos de Dios, tratando de agradarle en todo.

Esa historia es demasiado hermosa para quedarnos fuera de ella. No podemos conformarnos con haber recibido el bautismo. Tampoco escondiendo el tesoro de nuestra fe, para algunos días señalados. Al estrenar un nuevo día, todos y cada uno de los bautizados estamos llamados a valorar y promover la vida divina, a agradecerla de corazón, compartiéndola con cuantos más podamos.

Es muy cierto que esta historia es Historia de Jesús. El la va escribiendo con toda perfección, con total dedicación y amor. Pero quiere, desea ardiente, apasionadamente nuestra colaboración y aporte personal. Anhela que esta Historia sea también nuestra. Todo su afán es conquistar y enamorar nuestro corazón, involucrarnos cada día más y más en ella. Nuestra felicidad y salvación son la clave y la razón de esa historia. Por eso, cada día, todos los días, el Espíritu Santo nos recuerda, con suavidad insistente y apremiante, a vivir íntima y gozosamente unidos a Jesús, a evangelizar "a tiempo y a destiempo" convencidos de que sólo así somos protagonistas y participes de esta Historia. De esta manera, El y nosotros, escribimos páginas muy hermosas en esta Historia, que disfrutaremos por toda la eternidad, asombrados y maravillados de lo que Jesús ha conseguido para nosotros, con nuestra pequeña pero valiosa colaboración. Hoy más que nunca todos hemos de entusiasmarnos con Jesús, sintiéndonos los más dichosos y privilegiados del mundo por tener su vida divina, su amor, su salvación, dando gracias a boca llena, con todo nuestro corazón y con nuestra vida por tener el tesoro incomparable de nuestra fe, trabajando con ilusión y alegría en que todos le conozcan y le amen. Se trata de contagiar a otros para que vivan como protagonistas y cada día haya más hombres y mujeres que disfruten de Jesús, de participar en esa "aventura tan increíble como apasionante". En esa Historia, maravillosa y misteriosa, nadie puede quedarse de brazos cruzados, conformarse con ser simples espectadores.

Las Tres Divinas Personas quieren a toda costa que asumamos nuestro puesto en esa Historia de Amor y Salvación, que seamos protagonistas activos, contagiosos. Lo único que falta es que cada uno quiera responder a tan magnífica llamada.

Todo depende de nuestra voluntad.

martes, 1 de noviembre de 2011

MENSAJE-IMPACTO

"Estaba en la capilla - confiesa la Hna Silverina Motta - frente a un Cristo crucificado, quien me miraba con increíble amor al tiempo que me decía ¡directamente a mi!, señalando con su mano: Vayan al mundo entero, anuncien a todos la Mejor Noticia, el evangelio de la Felicidad y Salvación" Esa imagen, ese mensaje impactó del manera a la monja que no se lo pensó dos veces. Se fue al Africa, continente en el que vivió evangelizando durante cuarenta años.

Hoy, Jesús, nos mira a todos, a cada uno con infinito cariño. Quiere necesitar de nuestra pequeña buena voluntad: de nuestras manos y pies, de nuestro corazón y cualidades para seguir amando y salvando a toda la humanidad. No nos pide que dejemos nuestra casa, tampoco nuestro país. La inmensa mayoría de los bautizados no lo pueden hacer . Lo que nos pide es que salgamos de nuestros mismos, de nuestro rincón personal y nos abramos al mundo. Se trata de aprovecharnos al máximo de Jesús, de ser cada día presencia y prolongación suya, gozándonos  cada vez  más y más de su Amor, colaborando con El en que todos le conozcan y le amen. Es una misión que recibimos personalmente el día-Acontecimiento de nuestro bautismo. Fue Jesús en persona, quien pronunciando -con infinito cariño y emoción-
nuestro nombre, nos confió esa tarea, la más grande y hermosa de todas, la más importante y trascendental de todas: facilitar el que El pueda amar y salvar a todos.

Lo que le sucedió a la Hermana Silverina tocó profunda y decisivamente su corazón. A cada uno de nosotros, el Espíritu Santo es el que nos recuerda, suave y continuamente, que estamos comprometidos con la felicidad y salvación de todos y cada uno de los seres humanos. Cada día Jesús fija sus ojos en nuestra persona, solicitando que le ¡echemos una mano! porque "la cosecha es abundante y los obreros son pocos" Nos recuerda que somos responsables no sólo de nuestra salvación eterna sino también de la salvación de todos los seres humanos.

Si respondemos a esa su confianza colaborando en su obra salvadora,  es como demostramos que somos verdaderos seguidores de Jesús. Sólo cuando vivimos unidos a El y valoramos de verdad el tesoro de nuestra fe es cuando comprendemos la importancia y urgencia de compartir con todos el amor y la salvación que hemos recibido, por pura gracia y sin ningún mérito por parte nuestra,
Podemos conocer cómo está nuestra salud espiritual, analizando cuánto valoramos la misión que Jesús nos quiso confiar. Es verdad que nuestra fe es vida de amor, pero la fe y el amor necesitan ser compartidas. Una fe, un amor puramente personales no son fe ni amor cristianos. Cuanto más fe y amor hay dentro de nosotros, más poderosamente sentimos la necesidad de abrirnos a todos, queriendo que todos se beneficien de esa nuestra fe, de ese nuestro amor.

La misión que Jesús nos ha confiado nos pone en evidencia: si somos o no verdaderos discípulos suyos.
Nuestro corazón, nuestra vida personal como creyentes han de ser ¡católicos!
Todos: niños, jóvenes, adultos, ancianos tenemos que vivir en estado de misión, abiertos a todos, rezando por todos, amando a todos, queriendo que TODOS conozcan a Jesús y sean felices, sean salvados por El.
Jesús cuenta con cada uno de nosotros. Nuestro mayor gozo será siempre responder a esa su confianza, poniendo alma, corazón y vida en El, trabajando con El para que su preciosa Sangre, su Muerte beneficie a todos: a los de cerca y a los de lejos. Dichosos nosotros si, día tras día, ponemos nuestro granito de arena en esa Obra, la más grande y trascendental de todas. -Ser cristiano-católico consiste en vivir con y desde Jesús, queriendo que todos conozcan la Verdad y sean salvados por El.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Pepe-mundo

¿Conocen a Pepe-mundo? Vale la pena que lo conozcan y se identifiquen cada día más y más con él.
Es alguien que toma muy en serio su fe cristiana-católica. Sabe que su pequeñez es demasiado visible y evidente, pero la asume -con tanto amor y buen humor- que la utiliza para crecer y multiplicarse en cada vez mayor número de personas. 
Les comparto el secreto, la clave de su vida. Desde que se levanta hasta que se acuesta su primera preocupación es abrirse, de par en par, al sol que calienta y llena de luz y vida nuestra existencia: a JESUS, convencido de que necesita  llenarse de El y de su Amor para que, con el corazón ensanchado, pueda orar, ayudar e influir en cada ser humano, en los cercanos y en los lejanos, compartiendo con todos lo que él ha recibido: su fe. 
En su familia, en su lugar de trabajo, todos le conocen por su forma de ser: siempre contento, ofreciéndose para servir, interesándose por todos y cada uno de los que se cruzan con él. 
Externamente es un ser humano muy normal. Lleva una vida tan sencilla que no llama la atención. Sin embargo, interiormente es muy rico y fecundo. Cuando uno lo contempla de cerca, enseguida advierte que es un ser muy espiritual. 
Vive su categoría divina, irradiándola en oleadas de amor y bondad. No hace falta decir que ama la oración, tanto que la practica sin cesar. Ora cuando camina y cuando trabaja, en la Iglesia y en su hogar. Todo le habla de Dios y todo le sirve para hablar con El.  Se extasía lo mismo ante una simple flor que  contemplando el firmamento repleto de estrellas. 
Su fe es tan viva y verdadera que cada vez que ve el globo terráqueo piensa - emocionado, feliz y agradecido - en el tesoro de su fe, tesoro que no tienen millones de seres humanos, realidad que le toca muy dentro de su alma. ¿Por qué? Esta realidad de millones de hombres y mujeres viviendo sin fe, sin luz, sin vida divina ... le conmueve de tal manera que ora intensamente por todos y cada uno de ellos, ofreciéndose a JESUS, entregándole su corazón, sus trabajos y sufrimientos  para que El los haga suyos y los convierta en luz y amor para el corazón de esa multitud de personas que ¡son muy amadas por Dios, salvadas por Jesús, marcadas por el Espíritu Santo! pero no lo saben, no lo valoran porque "nadie les ha evangelizado" Están a oscuras, caminan a tientas. Viven sin Vida, sin alegría ni esperanza.
Esta realidad, terrible, provocadora, le ha tocado tan profundamente que él mismo se ha cambiado el nombre. Ha dejado su nombre y apellido para los trámites legales, asumiendo su nueva identidad. Gusta decir a todos : ¡Soy PEPE-MUNDO!
Está tan feliz de su nueva identidad que cuando le preguntan por qué se llama con ese nombre, él sonríe y contesta: "Soy cristiano-católico. Soy pequeño pero mi corazón es grande. Necesito ensancharlo, día tras día. Quiero que al final de mi vida terrena, mi corazón sea tan grande que esté rebosante de personas, tan cargado de nombres que, por mi pequeña buena voluntad hayan podido conocer a Jesús, ser salvados por mi pequeña contribución personal, tantos que lo hayan dilatado hasta lograr que tenga el tamaño ¡del  mundo!. Esa es mi tarea que me confió el mismo Jesús. Estoy convencido que sólo así podré entrar al Cielo, Patria formada por ¡Pepes y Pepas-mundo!"

martes, 18 de octubre de 2011

UNA HISTORIA QUE NOS HACE PENSAR

En una playa un grupo de personas estaban dando gritos, pidiendo auxilio. El motivo era que una niña se estaba ahogando. Casualmente pasaba por allí un jovencito que, al oír los gritos, no lo pensó dos veces. Se quitó los zapatos y se lanzó al agua para salvar la vida de la niña. Tras duros esfuerzos logró lo que se proponía. Sacó a la niña a la orilla y después de hacerle la respiración, boca a boca, viendo que estaba respirando normalmente, tomó los zapatos y se desapareció entre la gente.

Ni siquiera prestó atención a los aplausos cerrados que le dieron los bañistas cuando vieron a la niña, sana y salva.  Pasaron algunos años y un buen día, el joven se puso a hablar con una muchacha. Ninguno de los dos  sabía nada del otro. Se encontraron sin buscarse. Fue un encuentro humanamente casual, sin imaginar siquiera que sus vidas se iban a unir para siempre. Empezaron a hablar intercambiándose datos personales. 

La muchacha le hizo saber al joven que, cuando niña, estuvo a punto de morir ahogada en una playa. Ese dato impactó de tal manera a muchacho que le faltó tiempo para preguntarle en qué año y playa sucedió tan gran peligro. La respuesta fue tan concreta y detallada que el joven abrazó afectuosamente a la muchacha, haciéndole saber que él fue quien la sacó del agua, librándola de una muerte segura. Los dos lloraron de pura emoción, siguieron siendo muy amigos hasta que llegó el momento de su noviazgo y feliz matrimonio.

Esta historia real es imagen, limitada pero muy elocuente, de lo que hizo Jesús con cada uno de nosotros. Estábamos condenados, irremisiblemente perdidos, sin salvación posible. El, impulsado por el inmenso amor que nos tiene, se lanzó decididamente a la muerte. Jesús murió y nosotros fuimos salvados. Tomó sobre si nuestra muerte y nos dio su Vida. Fue un intercambio, expresión rotunda de amor. Era tan grande e inabarcable ese su Amor hacia nosotros que hizo lo impensable e increíble ¡Se casó con nosotros! De esta forma, El y nosotros estaríamos unidos para toda la eternidad. ¿Cabe mayor felicidad?

¿No es todo esto motivo más que suficiente para vivir cada día más enamorados y agradecidos con Jesús y renovar cada día nuestra decisión de trabajar para que todos le conozcan y le amen?   

jueves, 13 de octubre de 2011

SALVO A 40.000 PERSONAS

En los horrores de la guerra mundial, hubo hombres y mujeres que, callada pero admirablemente, dieron testimonio elocuente de amor y generosidad. Unos son muy famosos, pero la mayoría se fueron de este mundo sin que nadie pudiera valorar ni publicar su entrega y dedicación en favor de su prójimo. Entre ellos, merece un puesto muy especial José Arturo Castellanos. Este hombre nació en la república centroamericana: San Salvador. Fue representante diplomático de su gobierno en varias naciones europeas, situación que aprovechó para salvar a cuantos más pudo, facilitando salvoconductos a todos los judíos que querían escapar de la furia mortal de los nazis. Se calcula que él salvó a cuarenta mil personas. Admirable generosidad y valentía. Cuando terminó su misión diplomática, se retiró y murió pobre y desconocido.
Este ejemplo de amor es realmente impresionante, digno de aplauso y merecedor de que se divulgue y todos queramos aprender de él: a pensar más en los demás que en nosotros mismos, sobre todo, cuando vemos la necesidad y situación de abandono o desamparo de las personas que sufren. Pero, este y otros ejemplos semejantes nos han de impulsar a fijar los ojos, el corazón, todo nuestro ser ¡en Jesús!, quien siendo Dios quiso dar la vida por todos los hombres de todos los tiempos. Salvar la vida temporal es algo grandioso y merecedor de todo nuestro reconocimiento, pero salvar la vida que dura para siempre no tiene ni punto de comparación. Si nos detuviéramos a reflexionar lo que Jesús hizo por todos y cada uno de nosotros, quedaríamos mudos de asombro, nos moriríamos de pura felicidad y, lo que es mejor de todo: nos enamoraríamos de El, aprovechándonos al máximo de su Amor, y toda la eternidad nos parecería insuficiente para valorarlo y agradecerlo.
Nos puede parecer que ya lo sabemos ¡Lo hemos oído incontables veces! pero Jesús, muerto y resucitado por nosotros, nunca lo sabremos bastante. Es la Verdad que cuanto más la personalizamos y profundizamos, tanto más nos apasiona y enriquece. Merece que la meditemos sin cesar, que la aprovechemos cuanto más podamos y la compartamos  a todos, por todos los medios a nuestro alcance.
Esta es la Verdad que transforma los corazones y logra efectos increíbles.
Dos mil años lo confirman.-

martes, 4 de octubre de 2011

LA BOMBILLA CENTENARIA

Existe una bombilla que es admiraciòn de propios y extraños. Lleva encendida ¡ sin apagarse ! nada màs y nada menos que : ciento diez años. Esta bombilla tiene el rècord de estar encendida las 24 horas del dìa, en un cuartel de bomberos de la ciudad de Livermore (California) Comenzò iluminando con 60 w, hoy no supera los 4. ¡Què hermosa lecciòn nos da esta bombilla! Nos recuerda a todos, a cada uno de los bautizados que hemos de ser PERSONAS-LUZ, llenos de Jesùs, dejando que El sea nuestra Luz e ilumine a cuantos vivan o trabajen con nosotros. Se trata de que queramos hacer programa de vida: que cuantos nos miren a nosotros, le vean a El en nosotros
Es el mismo Jesùs quien nos dice: " Que vuestra luz ilumine a todos"
Es cierto que vivimos en un mundo de oscuridad, pero eso, aun siendo cierto y evidente, no es lo màs importante. Esa situaciòn, triste y deplorable, es un reto, una provocación, una sacudida interior que nos invita, apremia, a ser los hombres y mujeres que facilitemos que Jesùs brille en nosotros y por medio nuestro. Nuestra vocaciòn es increiblemente hermosa y fascinante. Desde que estrenamos un nuevo dìa hasta que cerramos los ojos a la hora de ir a descansar por la noche, Jesùs quiere, nos pide irradiar luz por donde pasemos, dejando que El sea nuestra Luz y pueda iluminar a cuantos nos vean o nos traten.
Si un bombillo se ha dedicado a dar luz durante ciento diez años, "gozàndose" de estar llena de luz para servicio de los demàs ¿què no haremos nosotros, bautizados, siendo hijos de la Luz, formando parte de Jesùs, Luz de Dios?
Desde el Dìa-Acontecimiento de nuestra existencia personal: nuestro Bautismo, fuimos iluminados de tal manera que la Luz de Dios invadió todo nuestro ser. Fuimos convertidos en hijos de la Luz, pero con una misión, muy clara y con creta : que esa Luz crezca sin cesar e ilumine a todos y a todo. Pero no para que nos aplaudan a nosotros, no para que queden extasiados, anonadados por lo que ven o admiran en nosotros sino para que todos alaben y glorifiquen a Papa-Dios por Jesús que brilla en nosotros.
Nosotros no somos bombillas, somos reflectores de màxima potencia, con y desde Jesùs. Día a día, hemos de iluminar con nuestra forma de ser, de vivir y de amar. Esto lo hemos de hacer cada día, todos los días, durante todo el día, pidiendo a Jesús que sea El nuestra Luz, que sea El el que brille en nuestra pequeñez y humildad, aunque nuestro organismo corporal sea vaya apagando, debilitando por los años.
No serìa un magnìfico elogio el que, cuando nos llegue la hora de dejar este mundo y regresar al Corazòn de Dios-Trinidad puedan decir de cada uno de nosotros : " Este hombre, esta mujer viviò lleno de Luz, viviò para dar luz y lo hizo, con sencillez y alegrìa,  hasta el final"  

miércoles, 28 de septiembre de 2011

UNA FRASE QUE NOS HACE PENSAR

" Africa está  llena de tumbas de misioneros, de hombres y mujeres que, por causa de Jesús, vivieron, sufrieron y dieron su vida por sus hermanos, pero no de funcionarios de organismos internacionales " Esta frase procede de la Asociación Harambee de Roma.
Esta frase tremendamente cierta, no es tanto para denunciar cuanto para proclamar, hacer saber a todos, creyentes y ateos,  que Jesús es la única razón que mueve a los misioneros a trabajar por el bien y la salvación del prójimo, incluso hasta dar la vida por esas personas. La inmensa mayoría de ellos, sacerdotes, monjas, laicos, se fueron de su patria silenciosamente, trabajaron poniendo alma, corazón y vida en la evangelización y promoción de la gente en donde vivieron, y dejaron este mundo sin hacer ruido ni buscar aplausos ni reconocimiento alguno. Para cada uno de ellos, la misión es: anunciar a Jesús, darle a conocer a todos, amando y trabajando con ilusión por el bien y la salvación de todo ser humano. Todo lo demás era secundario y sin importancia.
Estos hombres y mujeres supieron escribir páginas muy hermosas, viviendo su fe en clave de amor, gastándose y desgastándose por el bien, progreso y salvación de las personas. Su ser y quehacer personal brotaba de Jesús y se justificaba por su amor. No eran héroes ni super-hombres. Eran sólo creyentes cautivados por Cristo, y sentían el impulso, irresistible, de contagiar a todos de lo que ellos consideraban el tesoro más grande y valioso.

Muchos de ellos tuvieron que aprender un nuevo idioma, adaptarse a formas diferentes, aclimatarse a temperaturas muy duras y no pocos de ellos se enfermaron y murieron. Nunca, ni por imaginación, se consideraron especiales o dignos de ser tomados en cuenta. Jesús y su mandato de evangelizar a todos, les urgía y apremiaba de tal manera que todo su ser estaba en función de El, en continua proyección hacia sus hermanos, los hombres.
No podemos idealizar a estos misioneros "de primera línea " Ellos, como seres humanos, sienten cansancio, desánimo, momentos de arrojar la toalla, resistencias muy poderosas dentro de ellos mismos e incluso, la presencia del pecado en su vida. Todos y cada uno de ellos nos recuerdan, en silencio y con palabras, con su ejemplo y testimonio, que Jesús bien se merece que lo hagamos vida de nuestra vida, que lo anunciemos a tiempo y a destiempo, y si El nos ha amado hasta el extremo de dar su vida, entregando hasta la última gota de su sangre, por nosotros, justo es que correspondamos, con amor y fidelidad, con agradecimiento,  trabajando: para que todos le conozcan y le amen.
Esto es lo propio de todo bautizado. Si no lo hiciéramos, no sólo seríamos  simples funcionarios sino, lo que es todavía mucho más grave: malograríamos lo más grande que Dios nos ha dado y seríamos infieles a Jesús que lo ha dado todo por nosotros. Jesús confía en cada uno de nosotros. Hemos de responder a esa su confianza que ha depositado en cada uno de nosotros.-

martes, 20 de septiembre de 2011

EL HOMBRE-CORAZON DE CINCO COLORES

Apareció ante un gran público como un gran corazón, pintado de cinco colores. Dio una y varias vueltas, en silencio, sin decir ni hacer nada. Todos estaban admirados, preguntándose qué querría decir. El hombre miraba a la gente y la gente le miraba a él. Tras varios minutos de silencio total, ese personaje abriendo sus brazos, dando una vuelta completa sobre si mismo, dijo en alta voz, con emoción y gozo: " Soy hombre- todo corazón. Quiero amar a los cinco continentes y a toda su gente". El público entendió el mensaje. Todos, grandes y chicos, se identificaron con aquel hombre. Un aplauso cerrado fue la respuesta.
Esta escenificación nos recuerda a todos, a cada bautizado que nuestra vida ha de ser amor a todos: a los de cerca y a los de lejos. Tenemos que ser personas-corazón. Nuestra alma ha de ser tan hermosa que sea un verdadero arco iris. Ha de tener los cinco colores: azul, amarillo, blanco, rojo y verde. Somos, pertenecemos a Cristo. Los cinco continentes son nuestros. No para admirarlos o considerarlos lejanos. Nuestra fe, nuestro amor han de llegar hasta el último rincón del mundo, queriendo que ¡todos conozcan a Jesús y le amen, y de esta manera sean felices y se salven!
Recordemos que desde el Día-Acontecimiento: desde nuestro Bautismo, Jesús nos confió la tarea más hermosa y transcendental: colaborar con El en la Salvación del mundo entero.
Cada día nuestro corazón se tiene que ensanchar, modelándose al estilo del de Jesús. Es el amor, nuestro testimonio de vida cristiana, el afán por abarcar a todos, rezando por  los de cerca y los de lejos, lo que nos hace católicos de verdad. Nuestra alma ha de asumir cada día los cinco colores, empeñada en ir sembrando nuestra fe en cada continente, en cada país, en todas y cada una de las familias, en cada persona.
Es cuestión de práctica. Día tras día, nos hemos de universalizar, empezando por nuestro corazón, sumergiéndonos de lleno en el Corazón de Cristo Jesús. Todo esto lo hace realidad el Espíritu Santo si nosotros fomentamos la oración y nos aficionamos a ofrecer, cada día, nuestros trabajos y sufrimientos, unidos a los de Jesús.
Al final, cuando nos presentemos ante Papa-Dios, lo hemos de hacer en figura de corazón, luciendo un alma bella con cinco colores. Ese es nuestro modo de asegurar nuestra entrada triunfal en el Cielo.- 

martes, 13 de septiembre de 2011

SE NECESITAN HOMBRES Y MUJERES DE FUEGO

Jesús dijo muy claro: "Yo he venido a traer fuego a la tierra" Por eso, cuantos quieran ser y vivir con El, asumen, con humildad y decisión, que ese Fuego de Jesús es para cada uno de ellos. El fuego, todos lo sabemos quema, limpia y purifica, calienta e ilumina. Cuanto más crece Jesús en nosotros, más Fuego hay dentro de nosotros. La vida cristiana es vida de Amor y al amor lo pintan como fuego. Todos y cada uno de los santos - y han sido una multitud incontable - han pasado por este mundo como hombres y mujeres que han tomado tan en serio el Amor que irradiaban fuego en sus palabras y comportamiento. Ellos eran como nosotros: de carne y hueso, con tentaciones y dificultades, con caídas y levantamientos, con días luminosos y jornadas oscuras, viviendo un ambiente hostil como nosotros. Pero, conociendo que ellos eran frágiles y débiles, se cobijaron bajo el Espíritu Santo y llenos de su Amor, pudieron arder por dentro y así trasmitir fuego por fuera. Este logro no fue de un día para otro. Tuvieron que orar mucho y ejercitarse continuamente en el taller de Jesús: a base de humildad y penitencia.
Ellos, como el profeta Jeremías, decían con la boca, pero sobre todo, con el testimonio de vida: "Había dentro de mi como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos. Me esforzaba por contenerlo y no podía" (Jr 20,9)
Hoy se necesitan hombres y mujeres de fuego, tan llenos de Jesús y de su Amor, que sean instrumentos del Espíritu Santo y construyan con El la "Civilización del Amor". Sólo el Fuego, sólo el Amor, puede tocar los corazones y transformar la vida de los seres humanos. Teniendo Fuego, viviendo llenos de Amor, los resultados nos dejan admirados porque superan todos nuestros cálculos. Sin el Fuego, sin el Amor, podremos tener los instrumentos más sofisticados, las técnicas más avanzadas, los medios más poderosos... pero lograremos poco o nada. Advertiremos que hemos trabajado mucho y hemos logrado poco.
Jesús dijo muy claramente: " Sin Mi no podéis hacer nada "Es como si nos dijera: Si no tenéis al Espíritu Santo, si os falta su Fuego, no lograréis nada.
Conclusión: Vivamos abiertos al Espíritu Santo, permanezcamos bajo su Sombra, pidámosle sin cesar que nos llene de su Amor. Así seremos personas ardientes y el Fuego nos hará santos, muy buenos instrumentos suyos.

martes, 6 de septiembre de 2011

AL FINAL : LA VERDAD

Se presentaron ante san Pedro dos personas. Una había sido famosa, admirada por su belleza corporal y los muchos premios que había podido acumular. Otra, por el contrario, había pasado prácticamente desapercibida. Era una mujer  muy sencilla, sin relieve social, pero con una fe que reflejaba a Jesús, por el amor que manifestaba a todos. El santo portero del cielo miró a las dos personas con distinta cara. A la primera, le miró seriamente, gesto que no le gustó a la interesada. A la segunda, le sonrío de tal manera que ella quedó iluminada y radiante de felicidad. Les invitó a las dos a entrar por la puerta del Cielo. La primera vio, con horror y terror, que la puerta cuanto más se acercaba a ella, tanto más se iba achicando hasta terminar por desaparecer.  Este fenómeno impactó de tal modo a la interesada que quedó muda, sin saber qué hacer ni cómo reaccionar. Tan pronto como recuperó el sentido, se dirigió a San Pedro para saber por qué la puerta se había cerrado tan inexplicablemente. El santo le dijo: Para poder ingresar al cielo, es preciso, imprescindible, ser niño en el corazón. Esta puerta es "muy inteligente" cuando percibe que viene alguien que ha creído ser importante, que ha vivido pendiente de si misma, despreocupada de Dios y de su Amor, automáticamente se bloquea y se cierra. Estaba todavía hablando el portero-pescador, el preferido de Jesús, cuando la mujercita, pidiendo permiso se fue directamente a la puerta que, oh  maravilla, siendo pequeña y estrecha se convirtió en una puerta gigantesca, abierta de par en par. Al ver este prodigio, la primera mujer se echó las manos a la cabeza y comenzó a llorar amargamente. San Pedro se fue contento y feliz, tras la mujer que había ingresado al Cielo. Quería participar en el recibimiento triunfal y glorioso que le haría Jesús a esta mujer, pequeña a los ojos de los hombres, pero gigante a los ojos de Dios. Una vez más, Dios ponía de relieve que lo que importa no es lo que valoran los hombres: fama, premios, aplausos, belleza, dinero y gloria humana pasajera y engañosa, sino la Fe, el Amor, la Vida divina, la solidaridad y preocupación por ayudar y facilitar la vida y la Salvación a cuantos más podamos.
Todos necesitamos poner nuestro corazón y nuestra preocupación en todo lo que Dios valora, en lo invisible, en lo que dura para siempre, para que cuando llegue la Hora de la Verdad, recibamos el Premio que" ni el ojo vio ni el oído oyó ni mente humana jamás imaginó, premio que Dios tiene preparado para los que le aman"
Ya lo decía el poeta con aquellos versos famosos: "La ciencia más consumada es que el hombre bien viva y bien  acabe porque  al final de la jornada que el que se salva, sabe y el que no, no sabe nada."
Vivamos cada día nuestra Fe, unidos a Jesús, preocupados del bien y salvación de todos, utilizando todo para nuestro bien, como medios, sin atarnos a nada. O, como dicen los santos: " Vivamos con los pies en el suelo, pero siempre con el corazón en el Cielo" Esto es lo que verdaderamente importa.-

viernes, 2 de septiembre de 2011

ESTA "NOTICIA"ES SIEMPRE ACTUAL, NUNCA PASA


Todas las noticias que aparecen cada día en los medios de comunicación social, por muy espectaculares, novedosas o impactantes que sean, tienen poca duración; pasan tan velozmente que lo que hoy oímos y vemos, mañana ya no tiene vigencia, ya que otras noticias se han puesto en su lugar, e incluso, terminan por desaparecer y todos las olvidamos porque simplemente pasaron. Con la NOTICIA por excelencia, la Mejor y más Excelente Noticia, no sucede igual. Han pasado 2.000 años y ella sigue tan actual - o más - que el primer día. Alguno se estará preguntando: ¿Cuál es esa Noticia ? Es una Persona, un mensaje, una oferta de salvación. Es Jesús, muerto y resucitado. El mensaje es Dios te ama. La oferta : la Felicidad verdadera y definitiva está en dejarnos salvar por Dios hecho Hombre.
Pasarán los siglos, vendrán nuevas generaciones de seres humanos, cambiarán las formas de vivir, se lograrán nuevas conquistas espaciales, se inventarán lo que ni ahora podemos imaginar... pero la Noticia, la Mejor Noticia seguirá resonando en los oídos y corazones de los hombres. Siempre será antigua y siempre será nueva. Se predicará en las calles y plazas y sobre todo, por los medios de comunicación más increíbles. Y lo que sucedió la primera vez, seguirá sucediendo. Unos la recibirán con inmensa alegría. Otros se resistirán a oirla.  Ella, sin embargo, seguirá tocando puertas y corazones. Recorrerá el mundo con una fuerza arrolladora que sorprenderá a todos: a amigos y enemigos, a creyentes y a ateos, sacando a flote lo que cada uno es y lleva por dentro. A unos les asemejará a Dios, transformando su vida,  inundándoles de Amor y Gozo, mientras que a otros - por culpa suya - les mantendrá en una oscuridad cada vez más densa y profunda, produciéndoles la muerte y condenación para siempre.
Lo que importa es que cada uno la acojamos con sencillez, con el corazón abierto de par en par y seamos anunciadores vivientes de esa Noticia, hoy más necesaria que nunca. Es el Espíritu Santo el que nos lo pide y el que nos impulsa a anunciar a Cristo, muerto y resucitado, el Unico capaz de llenar todas las aspiraciones profundas del corazón humano.-

viernes, 5 de agosto de 2011

¡ SIENTANSE ORGULLOSOS DE SER CATOLICOS !

¿Quien hace esta proclama? ¿Será, acaso, el Papa Benedicto XVI? 
Pues no. La frase viene de boca de un judío: Samuel H. Miller, empresario norteamericano, muy conocido en el mundo financiero de su país. Este señor conoce muy bien la vitalidad y la inmensa actividad bienhechora de la iglesia Católica, a lo largo y ancho del mundo. También reconoce y tiene muy presentes los escándalos de algunos sacerdotes, fallas muy graves que todos hemos de lamentar y rechazar decididamente. Este empresario en el artículo que escribió en una revista muy conocida de EE.UU, advierte y resalta que ciertos grupos se han ensañado contra la Iglesia Católica publicando, con todo lujo de detalles las noticias de los escándalos de ese grupo reducido de sacerdotes católicos, aun sabiendo que otros grupos religiosos y colectivos sociales tienen en su haber una cantidad de escándalos mucho mayor, siendo de todos conocido que son tan graves o más que los cometidos por los sacerdotes católicos. Lo dice no para atenuar la gravedad de esos escándalos sino para que la opinión publica no se deje manipular por esos grupos de comunicación social que son hostiles hacia la Iglesia Católica. Samuel H. Miller al proponer la consigna de : " Siéntanse orgullosos de ser católicos " quiere que todos los que pertenecemos a la Iglesia Católica nos animemos y gloriemos de ser católicos, asumiendo y promoviendo la obra gigantesca que hace la Iglesia Católica en el mundo entero, obra a todos los niveles: sea social, cultural, humanitario, una evangelización que realmente es admirable. 
Nos conviene recordar que la Iglesia Católica dedica muchos miles de hombres y mujeres a servir a la humanidad, a asistir y servir a los más pobres y marginados: sean niños, ancianos, refugiados, moribundos, leprosos, enfermos terminales... buscando sólo llevar a cabo su misión de amor, tal como Jesús nos enseñó, realizando dicha obra silenciosa, generosa y desinteresadamente. Desgraciadamente esta labor meritoria y admirable no tiene valor ni importancia noticiosa para estas empresas noticiosas.
A pesar de ser judío, Samuel no tiene reparo en declarar públicamente: "Católicos, caminen  con sus hombros bien erguidos, con su frente bien alta. Siéntanse orgullosos de ser católicos"
Pero, sin quitar razón a este empresario, nosotros hemos de sentirnos muy orgullosos, felices y muy agradecidos de pertenecer a la Iglesia Católica por lo más grande y valioso de todo: tenemos el tesoro más increíble de todos: la Fe, la Vida Divina, la comunión, misteriosa y maravillosa, con Dios-Trinidad, la esperanza de vivir eternamente con El.
Ahí está la razón de nuestro orgullo, felicidad y agradecimiento.-

martes, 26 de julio de 2011

UN ABUELO MUY MISIONERO

Era pequeño de estatura, pero tenia un corazón muy grande. Cuantos le trataban de cerca, advertían su sencillez, su bondad, su fe sincera. Su vida era su familia, su Iglesia, su prójimo. Aparentemente era un ciudadano más, pero era un gigante en fe, en humanidad. Sentía y vivía como Iglesia. Su " debilidad " era el Santísimo Sacramento, la vida contemplativa ¡Sentía un amor muy grande por las personas consagradas a Dios! a quienes admiraba y ayudaba cuanto podía, aun siendo sus ingresos muy reducidos. Tenía un corazón misionero y oraba todos los días por los misioneros, anhelando que todos se abrieran a Jesús y con El tuvieran la Vida divina, la Salvación.

Esta fue su vida, su comportamiento normal. Desde muy joven supo valorar su Fe, queriendo ser siempre católico practicante, animando a cuantos podía para que se dejaran amar por Jesús y vivieran como católicos de verdad. Vivía lo que creía y lo que creía lo vivía.
En su familia era ejemplo y testimonio. Lo mismo en su trabajo. En su parroquia era fervoroso y colaborador entusiasta. Educó a sus hijos en el amor y temor de Dios.
En su ancianidad, ofrecía sus sufrimientos con los de Jesús, queriendo que sirvieran para la salvación de todos, en especial, de cuantos todavía no tenían el tesoro de la Fe.
Este abuelo en lugar de lamentarse de lo que sufría, vivía centrado en Jesús: orando y sufriendo como verdadero hombre de fe, como creyente-misionero.
Su existencia personal fue serena, sin ruido, buscando sólo cumplir la Voluntad de Dios. Los últimos años de su peregrinación por este mundo fueron silenciosos, humanamente hablando, pero elocuentes según Dios y sus planes de salvación.
Sólo en el Cielo podremos captar- en su verdadero valor- la riqueza de este abuelo misionero, quien supo valorar su fe. La vivió día tras día, ofreciéndose continuamente con Jesús para que todos le conozcan y le amen.
Lo hermoso y admirable es que hay muchos abuelos, muchas abuelas que son creyentes, muy misioneros: con su oración, con sus sufrimientos, consagrando su vida con Jesús, olvidándose de si mismos, preocupados por el bien y la salvación del mundo.
¡Cuántas maravillas, cuántas conversiones, cuántas vocaciones e iniciativas apostólicas, cuántas santificaciones se han hecho y seguirán haciéndose, gracias al fervor y espíritu misionero de esa legión de abuelos-misioneros!

martes, 19 de julio de 2011

EL ESPIRITU SANTO ESTA URGIENDO LA EVANGELIZACION

Acabo de leer que "once arzobispos de Europa han sido llamados a Roma para estudiar y promover la evangelización". Y poco después, en el mismo noticiero se informaba que el Sínodo que se tendrá en el mes de octubre, del presente año, tendrá como tema: "La nueva evangelización" 

Estas dos noticias eclesiales hablan muy elocuentemente de que el Espíritu Santo está urgiendo a la Iglesia, a todos y cada uno de los bautizados a: anunciar a Jesús, a trabajar para que todos le conozcan y le amen.

Esta urgencia evangelizadora ha sido siempre el impulso que el Espíritu Santo ha activado y promovido, pero hoy y ahora, es ¡una urgencia! una urgencia apremiante que ha de tocar el corazón de todos los bautizados.
Nosotros, por ser presencia y prolongación de Jesús allí donde vivimos y trabajamos, no tenemos tiempo para quejarnos de lo mal que está el mundo, de la corrupción que avanza como fuerza progresiva e incontenible. LO NUESTRO es : aprovecharnos al máximo de Jesús, disfrutar cada día más de su Amor, orar y compartir nuestra Fe, cada uno según sus posibilidades.
Todos los santos que ha habido en los 2.000 años de vida cristiana, todos sin excepción, veían y sufrían la presencia del mal, el alejamiento de Dios, el ateismo práctico de muchas personas, pero cada uno de ellos, con actitud mental positiva, se dedicaban a intensificar su relación personal con Dios, a orar con más intensidad, a hacer más penitencia, a evangelizar "a tiempo y a destiempo"
En esa línea nos trabaja el Espíritu Santo. Seamos niños o ancianos, jóvenes o adultos, sanos o enfermos, profesionales o simples obreros, hombres y mujeres... todos somos llamados, urgidos, a valorar más nuestra fe, a vivir en comunión íntima y gozosa con cada una de las Tres Divinas Personas, a intensificar nuestra oración, a ser testimonios vivientes, elocuentes de Jesús, vivo y resucitado, aprovechando todas las ocasiones para anunciar a Jesús, sobre todo, desde los medios técnicos a nuestra disposición.
Si los arzobispos y los obispos sinodales, las conferencias episcopales, a nivel nacional o internacional están trabajando, estudiando, buscando modos de evangelizar al hombre  del siglo XXI, tomando mayor conciencia de la urgencia apremiante de evangelizar, ¡es la razón de ser, la prioridad de la Iglesia!  Todos y cada uno de los bautizados hemos de sentir y vivir la necesidad, la urgencia de la evangelización poniéndonos cada día bajo la sombra del Espíritu Santo, a la orden de Jesús, convencidos de que estamos llamados a evangelizar, primero con el testimonio de vida y luego con los medios a nuestro alcance.
¡Cuántas cosas hermosas, verdaderas maravillas, las que quiere hacer el Espíritu Santo en nuestra vida personal, en tantas personas que se acercan o se vinculan con nosotros!
Es la hora de evangelizar. Es una urgencia que todos hemos de asumir, guiados siempre por el Espíritu Santo.

miércoles, 13 de julio de 2011

TAREA MUY HERMOSA, NECESARIA, PERO COMPLEJA

"Anunciar a Jesucristo, único Salvador del mundo, es más complejo que en tiempos pasados, pero nuestra tarea permanece igual que en los inicios de nuestra historia cristiana. La misión no ha cambiado, así como no deben cambiar
el entusiasmo y la valentía que movieron a los apóstoles y a los primeros cristianos... Recalcar que la Iglesia está llamada a realizar una nueva evangelización, quiere decir intensificar la acción misionera para corresponder plenamente al mandato del Señor " ¿Quién dice este mensaje tan actual y urgente, hoy más necesario que nunca?  Nada menos y nada más que el mismo Papa Benedicto XVI.
Con claridad y palabras bien precisas, nos recuerda a todos y cada uno de los bautizados la necesidad y urgencia de anunciar a Jesucristo, de evangelizar " con entusiasmo y valentía " sin negar o esconder que es una tarea compleja.
El Papa está convencido de que anunciar a Jesucristo es un mandato del mismo Señor, por eso  nos compromete a todos y nadie puede sentirse exonerado de evangelizar.
El Espíritu Santo nos impulsa y anima a proclamar la Mejor Noticia: que Jesús está vivo y quiere que todos conozcan la Verdad y se salven.
No podemos olvidar que todo ser humano, bautizado o no, busca, anhela la Felicidad y sólo Jesús nos la puede dar.
No se trata de proselitismo. Tampoco de imponer nuestra forma de pensar a todo ser humano. Se trata de que Jesús sea conocido y amado, para que todos tengamos la Felicidad sin fin, la salvación que todos necesitamos, convencidos de que si Jesús ha hecho lo increíble: ha sufrido terribles sufrimientos, ha muerto en una cruz y ha resucitado venciendo a la muerte, todos nos hemos de aprovechar y beneficiar de su Amor. De no hacerlo, nos causaríamos inmenso e irreparable daño.
Es preciso, por tanto, que todos : niños y ancianos, jóvenes y adultos, sanos y enfermos nos entusiasmemos cada día más y más  poniendo alma, corazón y vida en la tarea más hermosa y trascendental de todas: que todos conozcan y amen a Jesús, y así tengamos la Vida que dura para siempre, la Felicidad que "ni el ojo vio ni el oído oyó ni mente humana jamás imaginó"
És tarea difícil, pero apasionante. Millones de hombres, creyentes en Jesús en tiempos pasados, trabajaron con entusiasmo admirable y pasión contagiosa ¿No haremos nosotros algo parecido?

jueves, 7 de julio de 2011

EL NOS TOMO EN SUS BRAZOS Y NOS DIO SU VIDA

La noticia es impresionante. Una niñita, Zhang Fangyu, de 2 añitos de edad, cayó desde un décimo piso. Una mamá que pasaba cerca, viendo que la niña se dirigía a una muerte segura, no lo pensó dos veces: se colocó debajo de ella y abriendo los brazos, la recibió "como si fuera hijita suya" La niñita salvó su vida, milagrosamente.
El golpe fue terrible, tanto que la mujer salvadora sufrió la ruptura de uno de los brazos. Todos aplaudieron, admirando el amor y coraje de la aquella madre.
Este gesto de amor realmente es impresionante. Todos quedamos emocionados por la valentía y fortaleza de esta mamá, quien impulsada por el pensamiento de su hijita, se decidió a arriesgar su vida para salvar a aquella niñita.
Sin embargo, Jesús, siendo Dios, hizo inmensamente más. Viendo que caíamos irremediablemente a la muerte eterna, El no sólo abrió sus brazos en la Cruz sino que dió hasta la última gota de su sangre preciosísima, para que tuviéramos la Vida que dura para siempre.
La niñita de la noticia estará feliz y agradecida a la mujer que arriesgó su vida por salvarla a ella, pero esa vida que ella tenía era vida humana, temporal. La Vida que Jesús nos consiguió con su Muerte y Resurrección es Vida divina, vida sin fin. Y si la niñita, cuando crezca y sepa cómo fue rescatada de la muerte, se emocionará y vivirá agradecida a su salvadora ¿ No haremos cada uno nosotros otro tanto
¡e inmensamente más! con Jesús que no sólo no ha dejado que caigamos en la muerte eterna sino que nos ha elevado y engrandecido haciéndonos compartir con El su Vida divina, su felicidad sin fin en el Cielo?
Todos nosotros hemos de valorar - y cada día más - el increíble Amor que Jesús nos tiene al acogernos con sus brazos, al meternos en su Corazón, dándonos su Vida tan generosa y desinteresadamente, dándole gracias con la boca, con el corazón, con nuestra vida. Pero, nuestro agradecimiento es verdadero si nos afanamos por conseguir que todos conozcan a Jesús y se salven, gozándose de su Amor viviendo en íntima comunión con El.
Cuanto más profundizamos en ese misterio de Amor que es Jesús, en su Muerte y Resurrección, tanto más "nos apremia el Amor de Cristo ", tanto más somos impulsados a trabajar para que todos, los de cerca y los de lejos, conozcan a Jesús y le amen. Por este camino nos guía el Espíritu Santo a todos y cada uno de los bautizados. El confía plenamente en cada uno de nosotros. No podemos defraudar esa tan gran confianza que El ha depositado en nosotros.-

miércoles, 29 de junio de 2011

¡ MI COMUNIDAD FUE LA QUE ME ENVIO !

Conozco de cerca al P. Michel. Es africano, nacido en Kenia. Trabaja en una parroquia vecina. Demuestra un gran espìritu misionero y anuncia a Jesùs con el amor y poder del Espìritu Santo.
Con toda sencillez y naturalidad confiesa: "Mi comunidad fue la que me enviò como misionero". Sabe mejor que nadie que su paìs tiene muchas, grandes y tremendas necesidades, no sòlo en lo espiritual ( millones de paisanos suyos todavìa no conocen a Jesùs ) sino tambièn en lo social, ( pobreza rayando en la miseria, analfabetismo, carencias múltiples en todos los aspectos ) tenìa razones màs que poderosas para quedarse y trabajar por el bien de su naciòn. Fue su comunidad cristiana, en la que èl fue bautizado, consciente de su exigencia de evangelizar al mundo entero, le enviò a otro pais, muy diferente al suyo, en donde èl se siente ¡como en su casa! ¿Còmo podrìa no ser asì si la Iglesia de Jesùs es la casa de todos y abarca a todas las naciones?
El testimonio de este sacerdote africano dàndose a otros hermanos suyos, muy diferentes en cultura, en lengua, en forma de ser y actuar, queriendo compartir su fe con nosotros, no sòlo nos ha de alegrar sobremanera sino que nos tiene que fortalecer nuestra fe, acrecentando cada dìa màs nuestro espìritu misionero.
Le prestarìamos un mal favor y le harìamos sentir mal al P. Michel si nos conformàramos con admirarle y hacerle saber que nos alegra tenerle a nuestro lado. El nos mirarìa con una sonrisa, pero tambièn con làstima, advirtiendo que todavìa somos infantes en la fe y no hemos aprendido la primera lecciòn: que la fe la hemos recibido para compartirla.No me sorprenderìa lo màs mìnimo si este sacerdote africano nos leyera la cartilla recordàndonos algo tan simple y elemental como: Una parroquia, una diòcesis es verdaderamente catòlica, es parroquia adulta, diòcesis madura si... es misionera, si cada dìa se abre màs allà de sus lìmites. Y lo que decimos de la diòcesis o de la parroquia lo podemos decir tambièn de cada grupo parroquial, de cada familia. El testimonio personal y elocuente del P. Michael nos recuerda que:
El Amor y la misiòn son inseparables. Son la clave para saber si somos creyentes de verdad. Es el Espìritu Santo el que nos cuestiona al respecto. Si el Amor vive en nosotros y la inquietud evangelizadora nos saca de nosotros mismos apremiàndonos a compartir lo que hemos recibido: la Fe y el Amor, entonces somos catòlicos-creyentes.
Ojalà cada uno de nosotros pudièramos decir, con gozo y verdad, lo que declara, con su boca y con su vida, el P. Michael : " Mi comunidad es la que me envìa a evangelizar ".-

miércoles, 22 de junio de 2011

"El fuego me quema dentro"

Era joven. Tras un encuentro personal con JESUS, y llevar una vida de oraciòn, de continua reflexiòn, empezò a sentir la necesidad de compartir el Amor que èl habìa recibido. Era tan fuerte, tan irresistible ese Amor dentro de èl, que, con toda sencillez y espontaneidad, decìa: "El fuego me quema dentro". Los que no le conocìan pensaban que era una manera de llamar la atenciòn, una simple ocurrencia o una frase romàntica. Pero, esa confidencia se hizo realidad, ya que terminados sus estudios y con un tìtulo universitario en sus manos, decidiò marchar al Africa. Querìa entregar su vida, compartir su Fe, sirviendo, ayudando a los màs pobres. Tenìa todo: dinero, comodidades, un futuro prometedor. Movido por el Amor, aceptò otra clase de vida, hacièndose todo para todos. Pasaron los meses, los años y èl decìa a sus familiares y amigos: "¡No hay nadie màs feliz en el mundo que yo !"
Esta historia se repite, una y otra vez, continua e ininterrumpidamente. Jesùs sigue conquistando y enamorando corazones. Aunque esa increible y estupenda noticia no aparezca en los medios de comunicaciòn social, es la Gran Noticia de Dios, la que hace cosas grandes, las màs hermosas que podamos imagi-nar.En todas las naciones, sean Iglesiasdel primer mundo o comunidades cristianas que acaban de nacer, el Espìritu Santo sigue manifestando la fuerza arrolladora, poderosa e incontenible del Amor, poniendo en marcha a jòvenes y a no tan jovenes,incluso a familias enteras,enviàndoles a anunciar a Jesùs, a llevar la Mejor Noticia a todos.
¿ La explicaciòn ? "El Amor me quema dentro " Seamos casados o solteros, sanos o enfermos, niños, jòvenes o ancianos, si el Espìritu Santo "toca nuestro corazòn" el Amor nos hace misioneros. Imposible tener Amor y no ser misioneros.
"El Amor no puede estar inactivo" Lo decìa y lo repetìa un especialista en el Amor: San Agustìn. Si valoramos y agradecemos el Amor que nos regala generosamente el Espìritu Santo, experimentaremos la necesidad, gozo sa e incontenible, de compartir esa experien cia con cuantos màs podamos.
El Amor, si es verdadero, es contagioso. Si Jesùs es el Amor de nuestra vida personal, queremos que todos lo tengan. No podremos dejar nuestra casa,salir a paises extra ños, pero compartiremos nuestra fe, nuestra vivencia de Jesùs con cuantos màs podamos con nuestro testimonio y vida , incluso, inventando modos de anunciar a Jesùs, buscando que todos le conozcan y le amen. Què felicidad la nuestra si conquistados y enamorados por Jesùs, podemos decir,con sencillez y gozo: ¡ El Amor me quema por dentro. Necesito compartirlo con todos !