sábado, 26 de febrero de 2011

NUESTRA FE CATOLICA : ¡ EL TESORO DE LOS TESOROS !

Un famoso artista de Europa declaraba pùblicamente: "Siento una gran envidia por los que tienen la fe catòlica. Por mi parte darìa todo mi dinero, todo mi patrimonio personal por tener fe y ser catòlico" Todos y cada uno de los bautizados hemos de sentirnos felices, orgullosos pero, sobre todo, agradecidos por el don incomparable de nuestra fe catòlica. Y hemos de demostrarlo con una vida hermosa, gozosa y agradecida como pide nuestra categorìa divina, convencidos de que la mejor manera de merecer ese nuestro tesoro es compartiendo nuestra fe con cuantos màs podamos, tanto a nuestro alrededor como a los lejanos.

Si los que no tienen la fe que nosotros tenemos sienten envidia por ese tesoro-don que nosotros poseemos, es justo y necesario que cada uno valoremos,agradezcamos y queramos compartir con todos lo que hemos recibido por pura gracia y generosidad de Dios-Trinidad.
Dios, con ser Dios, no podìa darnos nada màs grande ni màs valioso que la Luz de la fe, la Vida divina, la salvaciòn que dura para siempre. Cada dìa, todos los dìas, estamos llamados, comprometidos a sacar el màximo provecho de ese tesoro, a disfrutarlo, queriendo agradecerlo sin cesar, deseando ardientemente que todos conozcan y amen a Jesùs, convencidos de que esa es la manera de responder a Dios-Trinidad que nos ha confiado el Don por excelencia: la Fe, la Vida Divina, la Salvaciòn para que disfrutando cada dìa màs y màs de cada una de las tres divinas personas, "lo merezcamos, compartièndolo"

Todos sabemos que con la Fe sucede como con la salud corporal. Cuando la tenemos, no la solemos valorar, pero cuando enfermamos, advertimos què tesoro tan increiblemente valioso tenìamos. En nuestra vida cristiana solemos acostumbrarnos a tener fe, imaginando que basta con tenerla, pero esta actitud nos perjudica màs de lo que pudièramos imaginar. Para evitar la rutina, la costumbre, nada mejor que fomentarla con una vida de oraciòn, participando de los sacramentos de la Confesiòn y Comuniòn, la lectura diaria de la Palabra de Dios, afanàndonos por personalizarla cada dìa, llevando una vida cristiana como testimonios de Jesùs, allì donde vivimos y trabajamos, sin olvidar nunca que " la luz que no ilumina no es luz y el fuego que no calienta ¿ puede llamarse fuego ? "
Nuestro tesoro es demasiado valioso para guardarlo bajo tierra o en una caja fuerte.Nuestra respuesta a ese derroche de generosidad que Dios ha tenido con nosotros, ha de ser: valorar cada dìa màs este caudal de riqueza divina , queriendo sacarle el màximo provecho, viviendo como pide nuestra categorìa divina, agradecièndolo sin cesar: con la boca, con el corazòn, con nuestra vida, renovando nuestra decisiòn de trabajar¡ y orar !para que todos ( los de cerca y los de lejos ) sean inmensamente ricos como nosotros, con y desde Jesùs, conocièndolo y amàndolo, ya que ahì està nuestra grandeza, realizaciòn personal, nuestra Felicidad, ahora y por toda la eternidad.-

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