lunes, 7 de febrero de 2011

¡Me encanta Evangelizar!

Les confieso que oir esa frase me alegrò sobremanera. Me la dijo, con emociòn y gozo, una " jovencita " de 80 añitos. Le saliò de adentro. Fue algo muy espòntaneo. Fue una confidencia de alguien que habla en familia, que lo siente y necesita decirlo. Sobra decir que esa frase venìa de una mujer de fe, de alguien que tenìa muy clara su conciencia de pertenecer a una Iglesia misionera. No podìa menos que expresar lo que vivìa. Esta mujer era anciana, pero se sentìa llena de vitalidad ¿Podìa ser de otra manera? La Fe vivida en clave de amor necesita ser compartida. Una fe que no se comparte es una fe tan pobre como deficiente.
Seamos niños o ancianos, jòvenes o adultos, casados o solteros, sanos o enfermos, muy santos o poco fervorosos, todos hemos de sentir la necesidad y urgencia de compartir nuestra Fe. La misiòn es parte esencial de nuestra vida cristiana-catòlica.
Cada dìa, desde que abrimos los ojos por la mañana y los cerramos por la noche, el Espìritu Santo nos recuerda, cada dìa,de muchìsimas maneras, que todos tenemos que ser evangelios vivientes, testimonios de Jesùs. Ese es el mejor y màs elocuente modo de evangelizar. Luego, a tiempo y a destiempo, aprovechando todas las oportunidades que se nos presentan cada dìa, hemos de hacerle propaganda a Jesùs, recordando a todos que "si Dios nos ama y nos entrega a Jesùs, quien ha dado hasta la ùltima gota de su Sangre por nosotros, resucitando con y para cada uno de nosotros" nuestra felicidad ha de ser aprovecharnos de El: conocerle y amarle.
Si vivimos nuestra Fe, en espìritu y en verdad, advertiremos, con gozo y gran sorpresa por parte nuestra, que se nos presentan muchas ocasiones para compartir nuestra fe, y lo mejor de todo es que evangelizaremos con toda sencillez y naturalidad. Habrà quienes se abren a la gracia y se alegraràn de haber recibido la Mejor Noticia, pero tambièn otros se haràn los sordos. Tanto en uno y otro caso, nosotros siempre saldremos beneficiados y enriquecidos.
Tambièn podemos vivir nuestra misiòn ofreciendo -cada dìa - nuestras oraciones, trabajos y sufrimientos con los de Jesùs por la Salvaciòn de todos: por los que nos encontremos en nuestro diario vivir y por los que estàn lejos y no conocemos.
La ancianita de 80 años nos recuerda a todos que ¡nunca como hoy! vale la pena ser cristiano-catòlico y trabajar con Jesùs para que todos le conozcan y le amen.
Si ella reconoce, con inmenso gozo y satisfacciòn: "¡Me encanta evangelizar!" ¿no es verdad que todos los bautizados tendrìamos que decir lo mismo? convencidos de que evangelizar es el mejor modo de poner de relieve que sabemos valorar el tesoro de nuestra fe y de demostrar que sabemos amar buscando el bien de todos.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario