martes, 1 de febrero de 2011

Historial de amor y heroismo

Hace poco, segùn las noticias trasmitidas por los òrganos noticiosos de la Iglesia, se inaugurò un Museo Misionero en la ciudad de Roma. Asì tenìa que ser, dado que allì està el corazòn de la Iglesia Universal y la Sede del Vicario de Cristo. Por lo que dicen las agencias de noticias, dicho Museo es tan grande como impresionante. Es un museo moderno, equipado con todas las tècnicas modernas, realizado con criterios y medios vanguardistas, tal como debe ser un museo siglo XXI. Aunque no lo he visitado personalmente, estoy seguro que conocerlo y recorrerlo en sus distintas salas serà una experiencia tan provechosa como enriquecedora. Todos cuantos entren en èl reconoceràn que esa "visita" ha valido la pena desde todo punto de vista. Aprenderàn muchas cosas, recordaràn otras, pero sobre todo, serà una gracia muy especial para tomar mayor conciencia de nuestra Fe Catòlica- y sobre todo, para agradecer a la Santìsima Trinidad - este tesoro de los tesoros que hemos recibido ¡para compartirlo con todos : con los de cerca y con los de lejos!
Advertirà que, a diferencia de los otros museos, esa "visita" ha sido una experiencia profunda y distinta a todas las otras ¿Por què? Porque ayuda a crecer en la Fe y en los que no la tienen para que la valoren y la pidan. Tambièn porque nos ayuda a ser màs conscientes de lo que significa pertenecer a la Familia de Jesùs, ser miembro vivo y activo ¡misionero de una Iglesia Misionera por naturaleza!
Pero, por muy moderno, avanzado y tènico que sea este Museo Misionero y nos veamos impulsados a felicitar muy de veras a todos los que han hecho posible esta obra de animaciòn misionera, lo importante es lo que no se ve. Por mucho y claramente que se elogie y se valore la entrega y dedicaciòn de esa multitud incontable de misioneros, hombres y mujeres, que han dado su vida por causa del Evangelio, historial de Jesùs viviendo y buscando la salvaciòn de todos los seres humanos, ¡sòlo en el Cielo! seremos capaces de comprender en toda su riqueza la Historia de Amor y Heroismo que JESUS ha ido escribiendo con y desde todos los misioneros, en la vanguardia y retaguardia, a lo largo y ancho de todo el mundo en estos 2.000 años de vida cristiana misionera.
Todo ello nos ha de ayudar a valorar nuestra Fe, a vivirla con gozo, agradecimieto y siempre en clave misionera, convencidos de que esta es la manera de merecerla y sacar el màximo provecho de ella.
El Museo Misionero, aunque no lo visitemos personalmente, es otra manera de recordarnos a todos que: hemos recibido nuestra Fe Catòlica para compartirla, ya que esa es la misiòn que Jesùs personalmente nos confiò a cada uno de nosotros en el Dìa por excelencia: en el Dìa- Acontecimiento de nuestro Bautismo.
Dichosos nosotros si cada dìa abrimos nuestro corazòn a las inspiraciones del Espìritu Santo que quiere que cada uno de nosotros nos aprovechemos al màximo de Jesùs y disfrutemos cada dìa màs y màs de su Amor, queriendo trabajar con El para que todos le conozcan y le amen.-

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