lunes, 22 de noviembre de 2010

¡ SEAMOS DISCIPULOS, MISIONEROS DE JESUS !

" Prediquen a Cristo donde puedan, a los que puedan, como puedan. A ustedes se les pide la Fe, no la elocuencia. Hable la Fe en ustedes y serà Cristo el que hable"
Este pensamiento, sencillo y elocuente, es de San Agustìn, el hijo de las oraciones y làgrimas de su mamà, santa Mònica. Basta leerlo para darse cuenta de que es todo un programa de vida para todo bautizado.
Es un mensaje muy concreto, dirigido directa, certeramente a nuestro corazòn. Es fàcil de entender y es muy estimulante. Se trata de predicar a Cristo o, para ser màs precisos, facilitar a Cristo que predique en nosotros y por medio nuestro.
Lo que se nos pide a cada uno de nosotros es : la Fe. Nuestra vida de fe habla mejor que todas las palabras. Si vivimos la Fe en clave de amor, somos magnìficos predicadores o, mejor, Cristo predica elocuentemente por medio nuestro.
Seamos niños o ancianos, sabios o analfabetos, nuestra tarea personal es ser personas de fe, vivir lo que creemos.
Un niño que vive unido a Jesùs, que es verdadero amigo de El, es verdadero discìpulo y gran misionero de Jesùs, aunque no aparezca en televisiòn ni hable por un micròfono. Su vida, su fe-testimonio personal predica, y muy elocuentemente, aunque no abra la boca.
Cada dìa, el Espìritu Santo nos llama a vivir màs unidos a Jesùs y a predicar en todas partes, con nuestra vida de fe y amor.
Si vivimos en comuniòn con Jesùs, el Espìritu Santo nos llena de Amor convirtièndonos en "micròfonos" de Jesùs, sus pies, su boca, sus manos, de tal manera que El es el que habla en nosotros y por medio nuestro.
Si somos verdaderos discìpulos de Jesùs, sentimos dentro de nosotros el impulso, gozoso y contagioso, de compartir esa dicha, ese privilegio con cuantos màs podamos.
Un discìpulo que vive unido con Jesùs es misionero con su vida, con su testimonio, y aprovecha cuantas oportunidades se le presentan para compartir esa su Fe, el tesoro de los tesoros.
Lo que importa, lo que Jesùs quiere de cada bautizado es que nuestra vida sea tan hermosa, tan amorosa y gozosa que sea contagiosa.
Si tenemos dotes oratorias, mejor que mejor, pero lo que pide y espera Jesùs de cada uno de los bautizados es que seamos personas de fe, hombres y mujeres que vivamos tan unidos a El que cuantos nos miren a nosotros ¡ le vean a El !
El Papa Pablo VI decìa : " El mundo de hoy necesita màs que predicadores... testigos ": ¡hombres y mujeres testimonios vivos, convincentes de Jesùs Resucitado !
Si estamos unidos de verdad con Jesùs, el Espìritu Santo en nosotros nos llenarà de amor y alegrìa, convirtièndonos en predicadores ¡vivientes !
Nuestro gozo ha de ser siempre el sabernos amados por Jesùs, instrumentos suyos, sus facilitadores para que El siga amando y salvando a todos en nosotros y por medio nuestro.
Somos agradecidos con la Santìsima Trinidad por habernos dado lo màs grande y valioso de todo ¡ nuestra Fe ! cuando nos afanamos por aprovecharnos al màximo de Jesùs y cada dìa renovamos nuestra decisiòn de ser creyentes, convencidos y convincentes.
Prediquemos todos a Jesùs: con nuestra vida de Fe, con nuestro amor y alegrìa. Esa predicaciòn la oyen y entienden todos.-

1 comentario: