MISHA merece
con todo derecho un puesto muy especial en el misterio de Navidad ¿Por qué?
Para comprender lo anterior, nos tenemos que situar en la Rusia comunista y atea.
Unos cristianos
americanos estuvieron en un centro de niños abandonados y maltratados. Les
hablaron de la Navidad.
Para todos ellos fue ¡UNA VERDADERA REVELACION! Nunca habían
oído hablar de Dios hecho Niño
Oían
emocionados y algunos lloraban. Para que vivieran la Navidad no sólo en el
corazón por medio de los oídos, y la asumieran como niños, dieron material de
cartón y papel invitándoles a que cada uno de ellos "escenificara" lo
que habían oído.
Los catequistas
quedaban asombrados de la imaginación infantil. Pero lo que más les llamó la
atención fue ver la obra de Misha. Había realizado un
pesebre ¡con dos niños!
Recurrieron al
intérprete, quien tras oír a Misha, les hizo conocer la interpretación del niño:
"Cuando María dejó al Niño en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si
yo tenía un lugar para estar. Yo le dije que no tenía ni papá ni mamá y que no
tenía lugar para estar. Entonces Jesús me dijo que yo podía estar allí con El.
Le dije que no podía, porque no tenía nada para darle". Misha, añadió, yo
quería quedarme con Jesús. Por eso se me ocurrió darle un buen regalo: ¡darle
calor!
Entonces le
pregunté a Jesús: "Si te doy calor ¿Ese sería un buen regalo para ti? Y
Jesús me dijo: Si me das calor, ese sería el mejor regalo que jamás haya
recibido. Ahí mismo me metí dentro del pesebre y Jesús me miró y me
dijo que podía quedarme allí para siempre"
Este niño, con
su ingenuidad y corazón limpio, comprendió perfectamente la Navidad. Se abrió al
Misterio, comprendió el Amor. Con toda sencillez y naturalidad manifestó a Jesús
su pobreza y abandono. Como niño dijo la verdad, como creyente recibió a
Jesús. Su imaginación se hizo amor. Con su corazón conquistó y enamoró a
Quien primero se había enamorado de él. Impulsado por el amor
se atrevió a ofrecerle... calor, regalo que
Jesús aceptó muy complacido.
Una vez más se
hace realidad lo que los especialistas y los santos afirman: "El amor
tiene imaginación"
La conclusión
es evidente. Ante Dios hecho Niño, explosión de Amor, lo único que podemos
ofrecer le es: ¡nuestra pequeña buena voluntad! Parece poco pero,
en realidad, es todo lo que somos y tenemos. Y Dios que lo es ¡TODO!
no sólo se contenta sino que se nos entrega a cada uno de nosotros. Si
Misha utilizó su corazón y se valió de su fantasía para conquistarse y enamorar
a Jesús ¿No podremos también nosotros hacer lo mismo: vivir la Navidad con un corazón
de niño, con sencillez infantil, aprovechando una facultad tan valiosa como es
nuestra imaginación?
Con el
corazón y un poco de imaginación
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