miércoles, 14 de diciembre de 2011

C I N E - M I S I O N


"El amor tiene imaginación" En estos días cayó en mis manos un boletín misionero. Entre las noticias que publicaba había una que me llamó la atención. Un catequista se había propuesto promover - en los niños y en los jóvenes - el espíritu misionero ¿Cómo? ¡A través del cine! Alguno me dirá que esta forma de catequesis es normal, muy utilizada en las catequesis parroquiales o escolares. Por supuesto que ya lo sabía. Lo interesante es que se recalcaba la misión, la vocación que tiene todo bautizado de ser MISIONERO. Este aspecto, tan esencial a nuestra fe, no se puede dar por supuesto o creer que catequizando sin más, "automáticamente" aparecerá la conciencia misionera como fruto maduro. Bueno y muy bueno es dar catequesis. Necesario y provechoso el impartirla tanto a niños como a jóvenes y adultos. Pero, tenemos que insistir "a tiempo y a destiempo" para que todo bautizado tome cada día mayor conciencia de su compromiso misionero. Esto hay que hacerlo en la Iglesia, en la escuela, en la familia, en todas las catequesis, sea para la primera comunión, sea para la confirmación, en las preparaciones para los bautismos o cursos de Biblia, en una palabra, siempre que podamos.
Se trata de lograr  creyentes adultos. Tenemos que aprovechar todos los recursos, todas las oportunidades, y hemos de valernos de los medios de comunicación social que son realmente valiosos y eficaces para evangelizar. Vivimos en la era de las imágenes. Hoy tenemos a nuestro alcance un material muy bueno, y a precios muy asequibles. Lo que hace falta es que los evangelizadores seamos personas llenas del Espíritu Santo y vivamos nuestra fe en clave misionera, convencidos de que el que tiene fuego por dentro, lo contagia por fuera.
Creo que, nunca como hoy, hemos tenido tanta cantidad y calidad en lo referente a material de catequesis. Todo ello es necesario, valioso, es medio y apoyo.  Lo que importa es ¡el espíritu!: la santidad de vida. Esta verdad nos la  recuerda sin cesar la Iglesia, ya que como Madre sabe con qué facilidad la olvidamos. Utilicemos tantas películas que hay en el mercado para animarnos y ser animadores misioneros. Si los padres de familia, los educadores y catequistas se proponen reunir material de animación misionera, serán ellos mismos los que se admiren de las posibilidades que tienen para catequizar, de los logros y beneficios que van a conseguir. En cada catequesis, el Espíritu Santo abrirá horizontes, hará arder corazones, realizará cosas muy hermosas, despertará vocaciones sacerdotales, religiosas, esposos, padres, laicos, verdaderos evangelizadores, promotores de animación misionera, sembrará inquietudes provocando cambios de vida, nuevas iniciativas y, lo que es mejor de todo, aumentará la santidad y el crecimiento espiritual tanto en padres como en hijos, tanto en catequistas como en niños y adultos. Por eso, ¡manos a la obra! hay mucho por hacer y tenemos increíbles medios para lograr creyentes adultos-misioneros. El Espíritu Santo lo quiere hacer realidad, brindémosle -con alegría y generosidad -nuestra pequeña pero valiosa mano de ayuda. 

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