martes, 3 de mayo de 2011

¡¡¡ UNA MUY GRANDE FIESTA EN EL CIELO !!!

En el Cielo estàn siempre en fiesta. Esa fiesta es tan grande y tan continua que es la Felicidad sin fin. Pero, el dìa 1 de mayo, el ambiente festivo se hizo especialmente gozoso.
¿ Por què ? ¡ Por la beatificaciòn de Juan Pablo II, un hom bre enamorado de Jesùs, excelente misionero ! Todos los santos del Cielo estaban muy ciertos de que esa beatificaciòn realizada en Roma, ya habìa sido celebrada y ratificada - hacìa ya muchìsimo tiempo - por Dios-Trinidad, con todos los àngeles y bienaventurados. Lo que sucediò en el mundo entero ( no sòlo en la Iglesia catòlica ) tuvo especial resonancia en el Cielo. No podemos olvidar nunca que la Iglesia de Jesucristo es una y ùnica, aunque tenga dos niveles: el del cielo y el de la tierra.

La beatificaciòn de nuestro padre y hermano, Juan Pablo II ha tenido una especial resonancia en el Cielo. Las Tres Divinas Personas, los àngeles y arcàngeles, la Santìsima Virgen Marìa, san Josè, los millones de santos, han celebrado- con especial solemnidad- esta beatificaciòn. Es cierto que todas las beatificaciones son muy celebradas en el Cielo, pero ésta lo ha sido de una manera especial.
La persona de Juan Pablo II- en este dìa - fue el centro, concentrò todas las miradas de los habitantes del Cielo.

Desde que èl entrò al Cielo, todos ellos gozan ¡còmo no! de la presencia de un hermano muy querido y admirado por su fe, profunda y contagiosa, por su amor apasionado por Jesùs, por su Iglesia, por la humanidad entera, pero la beatificaciòn de su persona en Roma fue especialmente celebrada en el Cielo. Todos los moradores del Cielo, por saberse Iglesia, viven - intensa, apasionadamente - todo lo grande, bueno y bello que realiza Jesùs en sus miembros que estamos en este mundo.
Todos los que viven en el Cielo saben perfectamente que un acontecimiento tan significativo como es una beatificaciòn es para mayor gloria de Dios-Trinidad, pero tambièn para crecimiento y santificaciòn de los miembros de Cristo que estamos de peregrinos en este mundo.
Cuando un seguidor de Jesùs es elevado a los altares, en este caso, Juan Pablo II, el Espìritu Santo nos està recordando a todos los bautizados que, por ser miembros del Cuerpo de Cristo, nos hemos de gozar en ser santos, en vivir cada dìa màs unidos a Jesùs, compartiendo con cuantos màs podamos esa Vida y Salvaciòn que nosotros he mos recibido.

Recordemos siempre que - desde el Dìa de nuestro Bautismo - la santidad de Dios se hizo nuestra. Esa es nuestra categorìa divina, nuestra vocaciòn. Nos hemos de gozar de formar parte de Cristo, viviendo con El la vida de Dios, deseando, trabajando para que todos le conozcan y le amen. Ese es el mensaje que nos dejò Juan Pablo II.

Todos hemos de celebrar que haya sido oficialmente inscrito en la lista de los hombres santos. Y hemos de gozarnos de ello ¿Còmo? viviendo santamente, siendo testigos convencidos y convincentes, al estilo de Juan Pablo II, de Jesùs, vivo y resucitado.-

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