miércoles, 18 de mayo de 2011

JESUS, EL VIVIENTE, ESTA MAS ACTIVO QUE NUNCA

Hoy màs que nunca, todos hemos de estar atentos a las inspiraciones-actuaciones del Espìritu Santo, captando sus señales que, aunque no son ruidosas ni son valoradas por los medios de comunicaciòn social, son continuas, podero sas, eficaces, muy dignas de ser valoradas y tomadas muy en cuenta.

A principios de este año, en Roma, el Papa Benedicto XVI se reuniò con unas comunidades neo-catecumenales. ¿Què sucediò ? Nada màs y nada menos que 245 familias se ofrecieron al Papa para que èl, en nombre de toda la Iglesia, les enviara a evangelizar a donde èl considerase màs necesario. Estas familias fueron enviadas a 43 naciones ¡ Què hermoso testimonio de amor y de fe ! Toda la Iglesia se goza de que Jesùs siga dando vida, haciendo vivientes, regalando Amor y salvaciòn.
Este acontecimiento eclesial, una magnìfica actuaciòn del Espìritu Santo, pasò pràcticamente desapercibida por los medios de comunicaciòn social. Lo grande, bueno y bello de la Iglesia tiene poca o escasa cobertura para muchos periodistas y agencias noticiosas. La santidad de Jesùs en tantos hombres y mujeres, que saben ser testigos de Dios y de su Amor, incluso en las condiciones màs difìciles y admirables, - para ellos - no es noticiable ni digna de ser tomada en cuenta. ¡ Què desgracia tan lamentable ! Les gusta màs publicar escàndalos, pecados, casos reales o exagerados de obispos, sacerdotes o monjas, como si ellos y sòlo ellos fueran la Iglesia. Ellos saben muy bien que estos casos, tristes y deplorables, son una minorìa, una gota en el mar, una mancha en el cuadro màs grande y bello que Dios pudo realizar, pero estàn decididos a hacer creer a la opiniòn pùblica que la gota es màs importante que el mar, la mancha màs valiosa que toda la belleza del cuadro. Una vez màs, se confirma lo que Jesùs habìa anunciado: "Los hijos de la oscuridad son màs astutos que los hijos de la Luz"
Por eso, todos y cada uno de los bautizados, enamorados de Jesùs, felices y agradecidos por ser Iglesia, tendrìamos que crecer cada dìa en santidad, imitar a los que se ponen a la orden del Espìritu Santo, y difundir, por todos los medios a nuestro alcance, tantas cosas hermosas, admirables e imitables que realiza Jesùs, en su Iglesia: en tantos hombres y mujeres que viven su fe, que la gozan y comparten.

Es verdad que - sòlo al final, en el Cielo - podremos captar en su profundidad y extensiòn las maravillas del Espìritu Santo que ha realizado en la Iglesia y por medio de ella: en cada uno de nosotros, en la humanidad. Pero no es menos verdad que ¡para gloria de Dios-Trinidad y estìmulo para todos! nos hemos de gozar en ser propagandistas de Jesùs, de las obras que El hace, convencidos de que asi hacemos muchìsimo bien y somos nosotros los primeros en beneficiarnos. Si Jesùs, el Viviente, està màs vivo y activo que nunca, nosotros que somos su Cuerpo, sus miembros, ¿No hemos de ser vivientes, activos, facilitando a Jesùs el que haga su obra en nosotros y por medio nuestro en los cercanos y en los lejanos?

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