jueves, 9 de diciembre de 2010

MOTORES TAN PODEROSOS COMO INSUSTITUIBLES

En la Iglesia, Cuerpo de Cristo, hay unos motores tan poderosos como insustituibles. No hacen ruido. No llaman la atenciòn. Funcionan de dìa y de noche. Son tan valiosos como eficaces. Humanamente " inùtiles " ¡ Bendita y gloriosa inutilidad ! ¿ Què serìa de nosotros si ellos no existieran !
¿Cuàles son esos motores tan importantes y decisivos ? Son las personas contemplativas : hombres y mujeres que se han dejado conquistar y enamorar por Jesùs, para consagrarse por entero al bien y salvaciòn de la humanidad.
Suelen vivir en conventos, comunidades masculinas y femeninas, pero tambièn los hay, en menor nùmero, que viven en casas o en ermitas.
Dios, para todos ellos, es LO MEJOR. Es el Supremo Bien, el Manjar por excelencia. La vida contemplativa sòlo se puede entender y vivir, desde el Amor. Los que eligen esta forma de vida han sido elegidos primero por Dios. El programa de vida de estos hombres y mujeres es Dios: vivir con El y para El, por la oraciòn, la lectura y meditaciòn de la Palabra de Dios, el trabajo intelectual o manual, para beneficio de sus hermanos, los hombres, mantenièndose abiertos siempre a cuantos necesiten de su ayuda u orientaciòn.
La vida de estos hombres y mujeres es muy fecunda, aunque aparentemente parezca inùtil o sin sentido. Podemos preguntarnos : ¿ hasta donde llega su eficacia ? ¿ Cuàl es su fecundidad ?
Cuando estemos en el Cielo, nos quedaremos tan asombrados de la eficacia y fecundidad de estos hombres y mujeres que, durante toda la eternidad, no nos cansaremos de alabar y bendecir a la Santìsima Trinidad, Quien ha querido hacer - en ellos y por medio suyo, en nosotros - cosas, grandes y muy hermosas, muy reales y duraderas aunque, mientras estuvimos peregrinando por este mundo, nunca las advertimos ni siquiera las imaginàbamos.
Me acuerdo que preguntaron a un joven que pasaba por delante de un monasterio de personas contemplativas què juicio le merecìan las personas que estaban " encerradas " allì adentro y, le faltò tiempo para decir : ¡Estàn locas !
Para Dios, sin embargo, estos hombres y mujeres son vidas muy hermosas y fecundas, en las que El se complace sobremanera, ya que todos ellos - unidos a Jesùs - son una ofrenda de Amor en beneficio de sus hermanos, los hombres.
Son bienhechores insignes de la humanidad. Son motores que, a travès de sus continuas oraciones y penitencias, inyectan vida y fomentan el crecimiento y santificaciòn de todos los bautizados.
Tambièn son los grandes misioneros que, sin moverse del monasterio en el que viven, son los mejores brazos, los instrumentos màs eficaces que tiene el Espìritu Santo para llevar a cabo sus planes de salvaciòn en el mundo.
La Iglesia, por su parte, elogia, valora y promueve la vida religiosa, sobre todo, la contemplativa, tanto es asì que podrìamos aducir muchìsimos y muy elocuentes testimonios para confirmar cuànto valora y ama a estos " motores tan poderosos como insustituibles " que son las personas contemplativas.
Como botòn de muestra, he aquì un texto muy claro y elocuente : " Los institutos que se ordenan ìntegramente a la contemplaciòn, de suerte que sus miembros se dedican por entero a Dios, en soledad y silencio, en asidua oraciòn y generosa penitencia, mantienen siempre un lugar eminente en el Cuerpo mìstico de Cristo... por mucho que apremie la necesidad del apostolado activo.
Ofrecen a Dios un magnìfico sacrificio de alabanza, ilustran al Pueblo de Dios con ubèrrimos frutos de santidad, lo mueven con su ejemplo y lo dilatan con misteriosa fecundidad apostòlica.
Asì son el honor de la Iglesia y hontanar de gracias celestiales "
Con estas frases tenemos material màs que suficiente para convencernos de la importancia y necesidad de los hombres y mujeres contemplativos. Ellos viven para Dios, pero somos nosotros los que nos beneficiamos. Seamos agradecidos al inmenso bien que de ellos recibimos, orando siempre para que sean cada dìa màs santos y se multipliquen.-

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