lunes, 19 de marzo de 2012

SAN JOSE ¡MAXIMA ACTUALIDAD!


San José se merece que todos los creyentes en Jesús le tengamos una devoción especialísima ¿Por qué? Porque él, además de consagrarse por entero al Hijo de Dios, colaborando de lleno en la historia de la salvación como padre, apoyo y guía de Jesús y como  esposo, amoroso y solicito de la virgen María, nos ha dado los tesoros más grandes y valiosos de todos: a Dios hecho hombre y a nuestra Madre, la virgen María.
Por estas dos razones poderosas, todos y cada uno de los bautizados hemos de amar e imitar "al santo de los santos" convencidos de que nadie nos puede ayudar ¡como él! a aprovecharnos de Jesús, a conocerle en profundidad, a vivir en íntima y gozosa comunión con él.
El corazón, el alma y la vida de San José estaban centradas en cuidar, educar a Jesús y facilitarle el que llevara a cabo su obra de salvación, amando tierna y apasionadamente a su esposa, la virgen María. Desde el principio hasta el final, todo su afán fue vivir por y para Jesús y la Virgen María. Esta dedicación que tuvo a la Familia de Nazaret, la sigue teniendo - desde el Cielo- con la Iglesia, con todos y cada uno de los bautizados. Lo que ahora hemos de hacer todos es encomendarnos diariamente a el, buscan do que nos enseñe a vivir unidos a Jesús, a amar de verdad a la Virgen María, a ser obedientes y disponibles a Dios al estilo de el.   
Este patriarca, por su fe y disponibilidad, es llamado - con todo derecho - el Abraham del Nuevo Testamento. En silencio vivió, pero su vida habló mejor que todos los discursos.  Sus cualidades y vida entera las dedicó a Jesús, con un amor y dedicación  inigualables.  "San José - dice san Agustín - es verdadero padre de Jesús, aunque no en el sentido biológico, sino porque nadie ha amado a un hijo como él. Es más padre que todos los padres"
Hoy más que nunca, hemos de valorar y agradecer la presencia y dedicación de San José, su entrega personal, su influencia masculina-paternal, el aporte admirable en la vida de Jesús, el inmenso cariño que le manifestó todos y cada uno de los días, su colaboración, callada pero admirable, en la obra salvadora de Jesús.
San José quiere favorecernos, protegernos, ayudarnos a vivir el tesoro de nuestra fe ¿Sabremos aprovecharnos de San José, invocándole en todas nuestras necesidades?

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