miércoles, 9 de noviembre de 2011

SEAMOS PROTAGONISTAS

Nuestro Dios es genial, increíble, impresionante. Todo lo hace con sabiduría y amor. Su especialidad es hacer obras de arte, maravillas a cual más increíble. Su felicidad es hacer derroche de su generosidad, buscando siempre el bien, crecimiento y salvación de cada ser humano. En todo lo que hace sorprende, cautiva, enamora. La creación entera sigue reflejando la belleza, la generosidad de Dios.

La actividad creadora de Dios no se reduce a hacer derroche de su poder, sino que -día a día - está buscando hombres y mujeres que quieran ser protagonistas en esa Historia de Amor que El ha iniciado, que escribe sin cesar por medio de su Hijo muy querido Jesucristo, con la presencia del Espíritu Santo.

Esta Historia de Amor es la niña muy amada de los ojos de Dios-Trinidad. Todos y cada uno de los bautizados estamos llamados a ser protagonistas, a poner alma, corazón y vida en esta historia que empieza en el tiempo y culmina en el Cielo. Se trata de involucrarse de lleno en lo que empezó en el Corazón de Papa-Dios, se hizo posible en la entrega personal de Jesús en su muerte y resurrección, en la venida del

Espíritu Santo. Somos protagonistas cuando aceptamos a Jesús, movidos por el Espíritu Santo, y nos gozamos de vivir como hijos muy queridos de Dios, tratando de agradarle en todo.

Esa historia es demasiado hermosa para quedarnos fuera de ella. No podemos conformarnos con haber recibido el bautismo. Tampoco escondiendo el tesoro de nuestra fe, para algunos días señalados. Al estrenar un nuevo día, todos y cada uno de los bautizados estamos llamados a valorar y promover la vida divina, a agradecerla de corazón, compartiéndola con cuantos más podamos.

Es muy cierto que esta historia es Historia de Jesús. El la va escribiendo con toda perfección, con total dedicación y amor. Pero quiere, desea ardiente, apasionadamente nuestra colaboración y aporte personal. Anhela que esta Historia sea también nuestra. Todo su afán es conquistar y enamorar nuestro corazón, involucrarnos cada día más y más en ella. Nuestra felicidad y salvación son la clave y la razón de esa historia. Por eso, cada día, todos los días, el Espíritu Santo nos recuerda, con suavidad insistente y apremiante, a vivir íntima y gozosamente unidos a Jesús, a evangelizar "a tiempo y a destiempo" convencidos de que sólo así somos protagonistas y participes de esta Historia. De esta manera, El y nosotros, escribimos páginas muy hermosas en esta Historia, que disfrutaremos por toda la eternidad, asombrados y maravillados de lo que Jesús ha conseguido para nosotros, con nuestra pequeña pero valiosa colaboración. Hoy más que nunca todos hemos de entusiasmarnos con Jesús, sintiéndonos los más dichosos y privilegiados del mundo por tener su vida divina, su amor, su salvación, dando gracias a boca llena, con todo nuestro corazón y con nuestra vida por tener el tesoro incomparable de nuestra fe, trabajando con ilusión y alegría en que todos le conozcan y le amen. Se trata de contagiar a otros para que vivan como protagonistas y cada día haya más hombres y mujeres que disfruten de Jesús, de participar en esa "aventura tan increíble como apasionante". En esa Historia, maravillosa y misteriosa, nadie puede quedarse de brazos cruzados, conformarse con ser simples espectadores.

Las Tres Divinas Personas quieren a toda costa que asumamos nuestro puesto en esa Historia de Amor y Salvación, que seamos protagonistas activos, contagiosos. Lo único que falta es que cada uno quiera responder a tan magnífica llamada.

Todo depende de nuestra voluntad.

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