martes, 5 de abril de 2011

¡ FUE MENDIGO Y ERA MULTIMILLONARIO !

Jerry Winkler es un hombre-mensaje. Fue mendigo. Vivìa en la calle, durmiendo donde le sorprendìa la noche. Nunca imaginò que era dueño de una fortuna multimillonaria. Sin buscarlo ni pretenderlo se convirtiò en noticia para los me dios de comunicaciòn social. Un buen dìa encontrò un periòdico en el que aparecìa Alfredo Wilkle, famoso empresario, entrevistado por un periodista. Le faltò tiempo para buscar a dicho entrevistador. Cuando le encontrò le hizo saber que èl llevaba el mismo apellido. Cuàl serìa su sorpresa cuando se enterò de que el empresario habìa dejado una inmensa fortuna. El periodista le llevò a un abogado quien inmediatamente mandò hacerle una prueba de ADN. Habìa que certificar que Jerry era verdadero hijo de Alfredo. El resultado fue positivo. Esa prueba fue suficiente para hacerle multimillonario. Al ser informado que toda la fortuna de su padre le pertenecìa legalmente, Jerry manifestò: " Cuando el abogado me llamò y me hizo saber que yo era el ùnico heredero de toda la fortuna multimillonaria de mi padre, me sentì inmensamente feliz, loco, todo al mismo tiempo"
Esta historia, increible y sorprendente, la podemos aprovechar para reflexionar y profundizar sobre nuestra situaciòn. Nacimos mendigos, desnudos, ciegos. Nuestra miseria era realmente lastimosa. Tenìamos la desgracia màs grande de todas: no tenìamos a Dios. Estàbamos vacìos y muertos ¿Cabe mayor desgracia? Pero. gracias a Jesùs, tuvimos la fortuna màs grande e inimaginable. El nos diò la Vida asumiendo nuestra muerte. Estàbamos vacìos. Eramos los màs pobres de todos, pero Jesùs, siendo Dios, la riqueza-fuente de todo bien, se abajò naciendo en el seno purìsimo de la Virgen Marìa para elevarnos a nosotros. Tomò nuestra pobreza haciendo nuestra su riqueza. Desde que Jesùs se hizo hombre, todos y cada uno de nosotros somos los màs multimillonarios de todos. Si Dios ha querido darse a nosotros ¿No es justo y lògico que tambièn nosotros queramos ser suyos?
Fuimos mendigos, ahora somos multimillonarios. Jerry, el protagonista de la historia, tenìa muchos, muchisimos millones, pero era riqueza material, sòlo para esta vida temporal. Nosotros, por el contrario, tenemos grandes tesoros, fortuna incalculable, riqueza celestial y espiritual, pero ¡para toda la eternidad!
Tambièn cada uno de nosotros hemos de ser felices ¿Còmo? Viviendo como pide nuestra categorìa divina, deseando que todos tengan el tesoro que nosotros tenemos, trabajando para que todos conozcan a Jesùs y le amen.
Y si Jerry declaraba que estaba loco por lo que era y tenìa, ¿no tendrìamos que ser locos, al estilo de los santos, aprovechàndonos al màximo de Jesùs, disfrutando cada dìa màs de su amor, de su generosidad, de la salvaciòn que El nos ha querido conceder por pura bondad suya?
El cambio, el nuevo estado social de Jerry, su trasformaciòn radical, fue noticia-impacto a cuantos la oìan o leìan ¿Nuestra vida personal, nuestro testimonio de vida, no tendrìa que ser mensaje, reflejo de Jesùs para cuantos nos ven o tratan de cerca ?

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