viernes, 5 de agosto de 2011

¡ SIENTANSE ORGULLOSOS DE SER CATOLICOS !

¿Quien hace esta proclama? ¿Será, acaso, el Papa Benedicto XVI? 
Pues no. La frase viene de boca de un judío: Samuel H. Miller, empresario norteamericano, muy conocido en el mundo financiero de su país. Este señor conoce muy bien la vitalidad y la inmensa actividad bienhechora de la iglesia Católica, a lo largo y ancho del mundo. También reconoce y tiene muy presentes los escándalos de algunos sacerdotes, fallas muy graves que todos hemos de lamentar y rechazar decididamente. Este empresario en el artículo que escribió en una revista muy conocida de EE.UU, advierte y resalta que ciertos grupos se han ensañado contra la Iglesia Católica publicando, con todo lujo de detalles las noticias de los escándalos de ese grupo reducido de sacerdotes católicos, aun sabiendo que otros grupos religiosos y colectivos sociales tienen en su haber una cantidad de escándalos mucho mayor, siendo de todos conocido que son tan graves o más que los cometidos por los sacerdotes católicos. Lo dice no para atenuar la gravedad de esos escándalos sino para que la opinión publica no se deje manipular por esos grupos de comunicación social que son hostiles hacia la Iglesia Católica. Samuel H. Miller al proponer la consigna de : " Siéntanse orgullosos de ser católicos " quiere que todos los que pertenecemos a la Iglesia Católica nos animemos y gloriemos de ser católicos, asumiendo y promoviendo la obra gigantesca que hace la Iglesia Católica en el mundo entero, obra a todos los niveles: sea social, cultural, humanitario, una evangelización que realmente es admirable. 
Nos conviene recordar que la Iglesia Católica dedica muchos miles de hombres y mujeres a servir a la humanidad, a asistir y servir a los más pobres y marginados: sean niños, ancianos, refugiados, moribundos, leprosos, enfermos terminales... buscando sólo llevar a cabo su misión de amor, tal como Jesús nos enseñó, realizando dicha obra silenciosa, generosa y desinteresadamente. Desgraciadamente esta labor meritoria y admirable no tiene valor ni importancia noticiosa para estas empresas noticiosas.
A pesar de ser judío, Samuel no tiene reparo en declarar públicamente: "Católicos, caminen  con sus hombros bien erguidos, con su frente bien alta. Siéntanse orgullosos de ser católicos"
Pero, sin quitar razón a este empresario, nosotros hemos de sentirnos muy orgullosos, felices y muy agradecidos de pertenecer a la Iglesia Católica por lo más grande y valioso de todo: tenemos el tesoro más increíble de todos: la Fe, la Vida Divina, la comunión, misteriosa y maravillosa, con Dios-Trinidad, la esperanza de vivir eternamente con El.
Ahí está la razón de nuestro orgullo, felicidad y agradecimiento.-

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