miércoles, 1 de septiembre de 2010

¡¡¡Es hora de actuar!!!

"En el mundo, faltan tres millones de mèdicos. Sean ustedes mèdicos entre los màs pobres y abandonados. Màs de mil millones de seres humanos no saben leer ni escribir. Sean ustedes maestros para ellos. Dos personas de cada tres no comen lo suficiente. Sean ustedes sembradores y cultiven la tierra para que haya cosechas abundantes para todos.
Sus hermanos màs pobres del mundo entero necesitan de todos ustedes. Sean ustedes sus servidores... "

Transcribo algo de lo que he leido. El que escribiò estas situaciones, reales y escandalosas, ciertamente mencionò terribles realidades que nadie puede negar, pero todo ello, sin quitar gravedad a esas injusticias ¡que nos gritan demasiado fuerte y claman al Cielo! todos, todos sin excepciòn, por fidelidad a Jesùs y amor a nuestros hermanos, los hombres, tendrìamos que tomar tambièn muy en serio otras realidades, tanto o mas serias y graves que las anteriores. Hoy, faltan sacerdotes, catequistas, evangelizadores. Esta situaciòn es grave, preocupante ¿Por què? Casi cuatro mil millones de personas todavìa no tienen la Luz de la Fe, se mueren de hambre, espiritualmente hablando. No tienen el Pan que nos llena de Vida. Sobreviven con migajas que, por muy llenas que estèn de sabidurìa, no alimentan ni llenan las aspiraciones màs profundas del corazòn humano.
Desconocen la Palabra de Dios, el Manjar que nos ha facilitado el Espìritu Santo, a travès de los profetas y evangelistas. Y lo peor de todo, la desgracia màs grande de todas : no conocen, todavìa, al Dios vivo y verdadero, no aman a Jesùs, Camino, Verdad y Vida. Su relaciòn con Dios podrìa ser de intimidad amorosa y gozosa, pero todavìa estàn muy lejos de conseguirlo, sin saber que para esto han sido creados.

El panorama de las situaciones dramàticas de nuestro mundo son, ciertamente, tanto en el plano material como espiritual, una realidad demasiado grande y grave que, a todos, a cada uno segùn su situaciòn, nos tiene que cuestionar y afectar tan adentro que nos impulse a hacer algo, convencidos de que "lo poquito" que podamos hacer es un a contribuciòn tan valiosa como necesaria.

Todos los santos han practicado esta polìtica de poner su granito de arena, conscientes de que bien valìa la pena hacerlo, aun sabiendo que la gravedad o grandeza del problema desbordaba todas sus posibilidades. Podrìamos mencionar muchos casos. Uno de ellos es el de la M. Teresa de Calcuta. En una rueda de prensa, uno de los periodistas le hizo este planteamiento: "Usted, Madre Teresa, alimenta a tres millones de hambrientos, de personas, en muchas naciones. Pero ¿Què es eso en comparaciòn con esa multitud de millones de hambrientos que hay en el mundo? La M. Teresa, sin dudar un instante, sonriente respondiò: "Mis hijas y yo hacemos lo poquito que està en nuestras manos. Lo que falta, animense a hacerlo ustedes"
Jesùs, del que nosotros somos miembros, cada dìa, todos los dìas, nos recuerda. con inmenso amor y gozo : ¡Es hora de actuar!
Necesito de la colaboraciòn de todos y cada uno de ustedes. Confìo tan plenamente en ustedes que estoy seguro de que no me van a defraudar.
La Obra es de Dios. Es ciertamente muy grande pero es apasionante ¡ Manos a la Obra !

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