jueves, 18 de febrero de 2010

Ensanchemos el corazón


    Fuimos modelados por el Amor personal de PAPA-DIOS. Y fuimos engendrados en su Corazòn, como hijos suyos muy queridos. En lo màs profundo de nuestro ser, en nuestra identidad personal, allì en lo màs ìntimo de nuestra personalidad, el ESPIRITU SANTO quiso grabar una vocaciòn, la razòn de ser de cada uno de nosotros: ser semejantes a EL, participar de su vida divina, por el Amor. Esta es la esencia y lo màs importante de nuestra vida.En nuestra humildad, en nuestra pequeñez personal, las Tres Divinas Personas quisieron sembrar nuestra grandeza y plenitud, nuestra realizaciòn personal: nuestra Felicidad.

¿Còmo lograr esa sublime vocaciòn ?
Por ser imagen y semejanza de Dios, por ser fruto del Amor, las Tres Divinas Personas nos concedieron un corazòn ensanchable. Fuimos engendrados y modelados en el Corazòn de DIOS- TRINIDAD, para amar y ser amados. Nuestra vida personal està hecha por amor y para amar. Esta realidad està como en semilla. Cuando movidos por el Amor, nos abrimos a los demàs, queriendo compartir ese Amor, nuestro corazòn se ensancha, se dilata y ¡ oh, maravilla ! cuanto màs Amor damos, màs aumenta el Amor en nosotros.Ensanchando nuestro corazòn, somos imagen de Dios- Amor. Cuando nos damos a los demàs, es cuando somos de verdad nosotros mismos.
Dilatando nuestro corazòn por el Amor, influimos y enriquecemos a los que amamos, pero sobre todo, nos beneficiamos nosotros, ya que amando es como nos humanizamos, nos enriquecemos por dentro. Por esta razòn, cuando queremos ser catòlicos por el Amor es cuando somos ricos, llenos por dentro, felices.Ser catòlico significa abrirse a todos, queriendo compartir el Amor que hemos recibido con todos, con los de cerca y con los de lejos. Amando, compartiendo el tesoro de nuestra Fe, queriendo que todos se beneficien de ese Amor, de esa salvaciòn que hemos recibido, es cuando somos misioneros. Y cuanto màs misioneros, màs catòlicos somos.
O para decirlo màs claro: no podemos ser catòlicos si no somos misioneros, si no amamos.

El dìa de nuestro Bautismo fuimos marcados para ser personas de corazòn tan grande como el mundo. Jesùs nos hizo suyos, nos hizo sus brazos y sus piernas y quiso que su Corazòn fuera, cada dìa, todos los dìas ¡ nuestro corazòn ! ¿Para què? Para que en nuestra humildad y pequeñez El se hiciera presente y asì, en cada uno de nosotros y por medio nuestro, su Amor fuera la fuente de vida y salvaciòn para todos. Somos presencia y prolongaciòn de Jesùs, allì donde vivimos y trabajamos. Nuestro corazòn dilatable no es ya nuestro sino de Jesùs. No lo podemos mantener cerrado sino abierto, para que El nos llene de su Amor y nosotros podamos ser corazones que den Amor, que hagan presente a Jesùs y El ame y salve a todos por medio nuestro.
Si hemos sido creados por amor y para amar, si hemos recibido un corazòn dilatable, lo hemos de ensanchar ¿còmo? amando, aficionàndonos a amar a todos, buscando su bien y ¿què mejor bien que todos conozcan al Dios vivo y verdadero, se aprovechen de su Amor y sean felices, ahora y por toda la eternidad ?

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