miércoles, 30 de mayo de 2012

¡ DONDE ESTA DIOS ALLI ESTA LA VERDADERA ALEGRIA !


     Cuenta uno de los escritores más famosos de nuestro tiempo que deseaba ardientemente encontrar la Iglesia que Jesús había instituido. Para lograr su propósito visitó cuantas iglesias pudo. Entró en una iglesia católica observando cuanto allí se celebraba. En el momento de las ofrendas sucedió algo inesperado, tan simple como comprensible. La persona que llevaba el cesto con lo que los fieles habían entregado, por un descuido se le cayó una moneda al suelo que fue rodando escaleras abajo, provocando la risa de cuantos la veían y sentían su ruido al caer. El celebrante se dejó contagiar por la risa y empezó a reir también. Aquel novelista, movido por la gracia, no hizo otra cosa que pensar así: "En una iglesia que saben reir, Dios está presente allí.

Esta es la Iglesia de Jesús"  Este suceso, irrelevante pero significativo, fue el medio del que se valió el Espíritu Santo para iluminar la mente y tocar el corazón de aquel hombre, quien decidió entregar su vida a Jesús y hacerse católico.
La marca, propia y exclusiva, de Dios es el amor que produce alegría. Donde hay amor, la alegría aparece y se difunde.
Esto nos lo dijo el mismo Jesús: "Permanezcan en mi amor
Se lo digo para que mi alegría esté dentro de ustedes y su alegría sea verdadera"
Al levantarnos, todos necesitamos pedirle al Espíritu Santo que nos llene de su amor y alegría. Si así hacemos, seremos cristianos-católicos. De esta forma nuestra vida será la mejor predicación, que todos la entenderán y podrán captar con facilidad.
 Sin amor, sin alegría podremos ser muy penitentes, cumplidores, pero no seremos cristianos. Hoy más que nunca el mundo necesita amor y alegría ¿Quién mejor que nosotros, creyentes en Jesús, para infundir alegría contagiando de amor a cuantos más podamos?
Este es el programa de vida que JESUS nos encomendó y el Espíritu Santo el que se encarga de recordárnoslo sin cesar. Ahí está el secreto de nuestra fe, de nuestra categoría divina, de nuestra evangelización. Está al alcance de todos. Si queremos lo podremos poner en práctica. El beneficio será para nosotros, pero servirá de provecho y salvación para cuantos vivan con nosotros o trabajen a nuestro lado.